jueves, 27 de diciembre de 2012

¿Es un deber o una probabilidad?

    Todas las lenguas responden un principio universal: la economía del lenguaje. Se trata de expresar el mayor contenido significativo con el menor esfuerzo posible. De aquí resulta que cada elemento de la lengua, por insignificante que nos parezca, tiene importancia para lo que queremos decir. Son muchos los ejemplos: las tildes, los signos de puntuación, el uso del género o del número. Las preposiciones, un grupo pequeño y cerrado, abundan en pequeños grandes matices. Veamos, si no, este ejemplo.

    En las construcciones con el verbo deber encontramos dos posibilidades. Podemos expresar una obligación: "Debe firmar el contrato para que tenga validez"; la construcción correcta será entonces verbo deber + verbo en infinitivo. Pero también podemos expresar una probabilidad o una duda: "Debe de tener algún problema"; en este caso se recomienda el uso de la preposición de entre deber y el infinitivo. Una pequeña palabra gramatical, con tan solo dos letras, que aporta mucho significado. Cuántas veces la encontramos usada incorrectamente hasta llegar a perder su poder de expresión y cuántas veces las repetimos así.

    Muy pocas cosas hay en la lengua que estén ahí y no tengan su razón de ser. La mayoría nos pasan desapercibidas; otras muchas las aprendemos mal. Como en tantas otras facetas de la vida, debemos ejercitar nuestra capacidad de análisis y nuestro sentido crítico. El español que hemos heredado nos lo agradecería. Lo contrario sería renunciar a nosotros mismos.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Que no nos falten las palabras

Las palabras me parecen pequeñas esponjas que van absorbiendo a su paso por el tiempo nuevos significados. Las voces de nuestra lengua saben mucho de esto. Desde su nacimiento a partir del latín tardío han vivido muchos siglos, han recorrido muchas tierras y se han puesto al servicio de muchas gentes. Este recorrido vital –porque las palabras viven y mueren- las ha ido impregnando de matices que, aunque muchas veces nos pasan desapercibidos, evocan tiempos, tierras y gentes que ya no están. Las palabras son parte de su legado y del que nosotros dejaremos a los que vengan.

Las fiestas navideñas, tradicionales por excelencia, son ricas en festejos, reencuentros familiares alrededor de la mesa, y también en palabras. Aguinaldos, teleras, angelitos, charamicos y burritos sabaneros llegan con ellas y nos dicen adiós con la Vieja Belén. Si buscan en el DRAE la palabra angelito no encontrarán la acepción que refleje el intercambio programado de regalos que se repite año tras año en nuestras celebraciones navideñas. El aguinaldo pasa de ser un regalo o una canción popular con motivo de la Navidad a convertirse entre nosotros en una fiesta navideña. La palabra sabana, tan cercana con su origen caribe, denomina una llanura extensa. La integración de este indigenismo en nuestra lengua la demuestra el desarrolla del adjetivo sabanero, 'habitante de la sabana', que le cae también a nuestros burritos.

Vayan mis mejores deseos para todos ustedes. En estos días necesitamos, sobre todo, que no nos falten las palabras y que sepamos usarlas para la concordia y la paz.

Interesante artículo

http://www.hoy.com.do/opiniones/2012/12/15/458903/Errores-gramaticales-en-la-Constitucion-Dominicana

martes, 11 de diciembre de 2012

Una de prefijos

Entre las novedades de la Ortografía académica de 2010 se encuentran algunas indicaciones sobre el uso de los prefijos. Aunque alguna que otra de estas Eñe la han protagonizado los prefijos creo que no sobra que volvamos sobre ellos. Algunas de estas partículas presentan dos formas en nuestra lengua y surge la duda de cuándo usar una u otra. Es el caso de los prefijos pos-/post- y tras-/trans. Para ambos se prefiere la forma simplificada: pos- y tras-. Elegiremos así las palabras posmoderno, posparto, posguerra, trasportar, trasparente o trascendental. Y aquí llega la inevitable excepción. Solo nos decantaremos por las formas post- y trans- si la palabra a la que se añaden comienza por s-. La ortografía de los derivados correspondientes sería la siguiente: postsindical, postsoviético, transiberiano o transexual. (Cuando usamos el prefijo trans- seguido de la consonante s mantenemos solo una de las dos eses resultantes).

Como todos los prefijos, se escriben unidos a la palabra a la que modifican, salvo en algunos casos muy concretos. Cuando se aplican a una combinación de palabras siempre se escriben separados: pos guerra fría. Se ayudan del guion cuando se unen a una cifra, un nombre propio o una sigla: pos-14 de Junio, pos-URSS, pos-Balaguer. No nos viene mal recordar también estas reglas y aplicarlas al prefijo ex−. En tiempos como los nuestros, en los que dejamos tantas cosas atrás, inevitablemente debemos tener presentes a los exesposos, los expresidentes y los ex altos cargos, y cuidarnos de que el prefijo ex− no se nos pegue a nosotros.


 


 


 


 

viernes, 7 de diciembre de 2012

Acto de incorporación del escritor Bogdan Piotrowski

ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA

CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Fundada el 12 de octubre de 1927

La Lengua es la Patria

Santo Domingo, República Dominicana

   La Academia Dominicana de la Lengua se complace en invitarle al acto de incorporación del escritor
Bogdan Piotrowski, como MIEMBRO CORRESPONDIENTE de esta institución.

   En esta actividad cultural el nuevo Académico de la Lengua leerá su Discurso de Ingreso con el tema "La palabra y sus dimensiones en la creación poética de Karol Wojtyla". Será recibido por el director de la institución, Dr. Bruno Rosario Candelier.

   El  acto se realizará en la sede de nuestra institución el martes 11 de diciembre de 2012, a las cinco de la tarde. Este acto académico forma parte de la tradición protocolar que las Academias de la Lengua celebran al formalizar la entrada de un nuevo integrante de la corporación.

   En espera de su presencia, le saluda cordialmente,

Dr. Bruno Rosario Candelier

Director.-

Lugar: C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial

Día: Martes 11 de diciembre de 2012.

Hora: 5:00 p.m.

Casa de las Academias, C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial

Santo Domingo, República Dominicana

acadom2003@hotmail.com

Fono fax: 809-687-9197.


 


 


 


 


 


 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Pequeños trucos

    Una de las reglas ortográficas más fáciles es la que establece el cambio de la conjunción copulativa y por e cuando va seguida de una palabra que empieza por el sonido i: tortugas e iguanas, único e irrepetible. Lo que produce el cambio de la conjunción es el sonido inicial de la palabra siguiente y no la letra. Si esta comienza por h, la regla se mantiene (ya saben eso de la h muda): aguja e hilo, padre e hijo. La regla es fácil, no hay duda, pero, como casi siempre, tiene sus pequeñas excepciones.

    Si la palabra empieza con la i formando diptongo con otra vocal (ie, ia, io, iu) mantenemos la conjunción y. Así no diremos *flores e hierba sino flores y hierba, *madera e hierro sino madera y hierro. Algunas veces la conjunción y adquiere una intensidad especial, por ejemplo, en ciertas preguntas. Seguro que más de una vez han preguntado ¿Y Inés Aizpún?
¿Cuándo publica su columna? Esta es la forma correcta y una de las excepciones a la regla.

    La regla de oro es pensar en el sonido y no en la letra. Si la palabra en cuestión procede de otra lengua y empieza por el sonido i, aunque no se escriba con esta letra, obliga también a que la conjunción y cambie a e. Daremos, por tanto, nuestro teléfono e e-mail (en inglés esta e de e-mail se pronuncia como i). Algo similar sucede con las palabras que, aunque tienen i o hi iniciales, no se pronuncian con este sonido. Cada día nos familiarizamos más con tabletas y ipods (pronunciado en inglés /aipods/). Son muchos los casos de h aspirada: Mussolini y Hitler, Obama y Hillary. Las cosas de la lengua. Todas tienen truquito e intríngulis.

Una cosecha de verbos

Si hay algo que impresiona a los que se deciden a estudiar español como segunda lengua es la conjugación verbal. Nuestro sistema verbal es complejo y su dominio exige esfuerzo e interés. Incluso muchos hablantes de español como lengua materna vacilan al conjugar. O si no, analicen conmigo estos ejemplos.

Suelen ponernos en aprietos los verbos que presentan alternancia entre vocales y diptongos en su raíz. Veámoslos más de cerca. Un verbo se compone de una raíz y de una terminación verbal. Así, podríamos analizar cantar en su raíz (cant-) y su desinencia (-ar).

Los verbos irregulares a los que nos referimos hoy llevan vocal en su raíz en algunas de sus formas mientras que en otras cambian esta vocal por un diptongo. Nos sentimos inseguros al usar en presente verbos como renovar, volcar o nevar. ¿Decimos yo renuevo o yo* renovo, *neva o nieva? Por supuesto dudamos más en verbos de uso poco frecuente. Para evitarlo basta seguir una conjugación modelo de un verbo de uso habitual. Elijan contar o jugar. Díganlos en tiempo presente (cuento, cuentas, cuenta, cuentan/ juego, juegas, juega, juegan) y verán cómo las sílabas tónicas (con acento) de su raíz cambian la vocal por el diptongo, mientras que si la raíz es átona la vocal se mantiene (contamos, jugamos).

Estos verbos irregulares tienen una regularidad propia. Prueben a aplicar esta regla, por ejemplo, a renovar o volcar y verán que siguen el mismo modelo: diptongo en la raíz tónica (renuevo, renuevas, renueva, renuevan/ vuelco, vuelcas, vuelca, vuelcan) y vocal en la raíz átona del presente (renovamos/ volcamos).

Conocer nuestra lengua nos ayuda a usarla mejor y a sentirnos más confiados al expresarnos. Es una tarea de cada día cuyos frutos maduran con el tiempo pero que podemos ir cosechando con cada palabra.

 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Paréntesis: ¿un signo ortográfico en extinción?

A veces las modas también se notan en el idioma. Los paréntesis parecen haber perdido vigencia en el uso escrito de los hablantes. Cada día los vemos menos en cualquier tipo de texto a pesar de que son muy prácticos para aportar claridad a nuestros escritos. Puede ser que las comas (ambos signos comparten algunas aplicaciones) les estén ganando la partida.

Su función principal es la introducción de una aclaración o de una información complementaria en un texto, especialmente si el inciso tiene una estructura independiente o aislada del texto principal. Si queremos aportar algún dato concreto adicional también podemos recurrir a los paréntesis. Les resultarán muy útiles si quieren introducir fechas, precisar siglas o aclarar el significado de alguna expresión en otro idioma: La publicación del nuevo DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) está prevista para el año en que se celebrará un nuevo centenario académico (2014).

Como signo ortográfico doble tiene su ortografía particular (se escriben pegados a la primera y última palabra de la frase que enmarcan y separados por un espacio de las palabras que los preceden o los siguen). Aunque el texto que se enmarca con los paréntesis mantiene su puntuación independiente en el interior, si lleva un punto al final, este siempre se coloca después del paréntesis de cierre

Nuestros escritos (¡especialmente los periodísticos o los jurídicos!) agradecerían mucho su ayuda. Gráficamente nos ayudan a presentar un texto claro y bien estructurado que facilita la compresión de lo que se quiere expresar. Aprovechemos que están ahí y saquémosles el mayor partido posible.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Un lavado de cara

Hasta ahora, cuando adoptábamos una palabra procedente de otro idioma, solíamos escribirla un poco a la brigandina. Esta práctica da lugar a que una misma palabra aparezca escrita de mil y una maneras, con las consiguientes vacilaciones a la hora de elegir cuál es la forma correcta. Así sucede con el sustantivo yipeta (escrito *jeepeta, *jipeta, etc.) sobre el que se interesa un usuario de la sección de consultas de nuestra Academia Dominicana de la Lengua.

Y digo hasta ahora porque ya no tenemos excusa cuando se trate de adaptar un extranjerismo a nuestra lengua. La nueva ortografía académica incluye las recomendaciones básicas para que esta hispanización llegue a buen puerto ortográfico. Como en español la letra jota representa únicamente el sonido /j/ (como en jengibre, juez o joya), las palabras procedentes de otros idiomas en las que la jota representa un sonido similar a nuestro /y/ deben adaptar su grafía, sustituyendo la jota de su lengua original por nuestra ye; de igual forma procederemos si en el idioma de origen aparece una g + e, i representado el sonido /y/: el jacuzzi será yacusi y el manager será mánayer. Las tildes también se incluyen en el proceso de castellanización.

La duda de nuestro lector interesado queda resuelta. Un anglicismo en origen (jeep, pronunciado /yip/ en inglés) deriva en una palabra españolizada gracias al sufijo –eta, que comparte con otros sustantivos que nombran vehículos (camioneta, furgoneta,
motoneta). Para no quedarnos cortos, castellanizamos también su escritura según nuestras normas ortográficas; un lavado de cara que nos deja una nueva palabra. Ya que las yipetas proliferan en nuestras calles, solo nos queda aprender a llamarlas por su nombre.

Palabras que muestran realidades

    Se acerca el 25 de noviembre, declarado por la ONU como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en memoria de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal. La violencia contra las mujeres se manifiesta de muchas formas. Su expresión más trágica es la que resulta en la muerte de la mujer que la sufre. La frecuencia de estas muertes es tal que ha llegado a generar una palabra que las designa aprovechando un elemento compositivo del español: el sufijo –cidio. Con este sufijo se han creado numerosos sustantivos que tienen como referentes distintos tipos de muertes: parricidio, infanticidio, fratricidio... Un catálogo que habla por sí mismo del peor comportamiento humano y que, por desgracia para nosotros, ha sumado un término a su lista macabra: feminicidio.

    Todas estas palabras se componen de dos elementos; la raíz se refiere a la persona a la que se mata y el sufijo –cidio que significa la 'acción de matar'. Cuando el destinatario de esta acción es una mujer, el término más adecuado es feminicidio, que sigue el patrón del español que usa la base léxica femin- para componer términos relacionados con la mujer (femineidad, feminismo, feminización). Encontrarán también, como sinónimo o no, el sustantivo femicidio, que parece tratarse de un calco del inglés. Una nueva palabra anuncia la aparición de una nueva realidad. Lo lamentable en el caso de la violencia contra la mujer es que, a pesar de ser milenaria, solo ahora estamos empezando a nombrarla. Esperemos que la palabra sea el comienzo del fin.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Ojo con el infinitivo

    La influencia de una lengua sobre otra no se reduce al préstamo de palabras, aunque esta sea su consecuencia más llamativa. A veces llega más lejos y el influjo afecta incluso a las estructuras gramaticales.

    El infinitivo es en español una forma no personal puesto que, a diferencia de las formas personales, no expresa quién realiza la acción a la que se refiere. Lo usamos para nombrar los verbos –y así decimos el verbo amar, el verbo leer o el verbo escribir- y también para formar las llamadas perífrasis verbales. Precisamente por tratarse de una forma no personal debemos ser muy cuidadosos a la hora de utilizarlo.

    Estos últimos días he encontrado con frecuencia un calco gramatical que tiene como protagonista al infinitivo. Encontramos muchas veces la construcción sustantivo + a + infinitivo, como en *los materiales a utilizar
para la alfabetización o *el debate a celebrarse. La preposición a une el infinitivo al nombre reproduciendo una estructura propia del inglés. Si queremos redactar con corrección debemos esforzarnos por evitarla. ¿Cómo lo solucionamos? En español el complemento del nombre será una construcción introducida por el relativo que seguida de un verbo en forma nominal. Un buen hablante hablaría de los materiales que se utilizarán para alfabetizar o del debate que se celebrará.

    La lengua nos es necesaria para desenvolvernos en todos los ámbitos de nuestra vida; la necesitamos para alfabetizar y para debatir. Continuemos preocupándonos por mejorar nuestra forma de usarla. Estoy segura de que los beneficios que conseguiremos bien valdrán el esfuerzo.


 

miércoles, 17 de octubre de 2012

Curso-taller de ortografía avalado por la Academia Dominicana de la Lengua

ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA

CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Fundada el 12 de octubre de 1927

La Lengua es la Patria

Santo Domingo, República Dominicana

 Curso-taller de ortografía avalado por la Academia Dominicana de la Lengua

El curso consistirá en una sesión semanal de dos horas de duración, los lunes de 5 a 7 de la tarde, desde el lunes 22 de octubre y hasta el lunes 10 de diciembre de 2012 y será impartido por María José Rincón, miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua.

Importe: RD$ 6,000.00

Incluye: Ortografía básica de la lengua española de la RAE, material de prácticas y certificado de aprovechamiento.

     Cupo: 30 participantes.

Lugar de celebración: Academia Dominicana de la Lengua

            Casa de las Academias

            C/ Mercedes, 207, Zona Colonial

     Inscripciones: Sede de la Academia Dominicana de la Lengua

Casa de las Academias

            C/ Mercedes, 207, Zona Colonial

     Información: 809 687 91 97

                        secretaria@academia.org.do

                        maria.rincon@academia.org.do


 

Las tildes no discriminan

Nuestro alfabeto permite la distinción entre mayúsculas y minúsculas. Solo se trata de una diferencia gráfica que no compartimos con otros alfabetos como el hebreo o el árabe. Las reglas que rigen su uso son distintas en cada idioma y hay que conocerlas para que nuestra escritura sea correcta. Otras lenguas, con las que compartimos el alfabeto latino, como el alemán o el inglés, aplican sus propias reglas. El alemán escribe con mayúscula inicial todos los sustantivos. En español las reservamos, por ejemplo, para el comienzo de los enunciados y para los nombres propios.

Independientemente de su colocación en un texto escrito, mayúsculas y minúsculas solo se diferencian en tamaño. No hay razón entonces para que sean tratadas de distinta forma cuando deben marcarse con un signo diacrítico. Conocí a alguien una vez que, por no dejar ver sus problemas con las tildes, decidió escribir un texto completo en mayúsculas. No tomó en cuenta que esta treta delataría que desconocía que las tildes o las diéresis no diferencian el tamaño de las letras.

Así, tanto si el texto está escrito íntegramente en mayúsculas (BANÍ o HIGÜEY) como si esta solo aparece en la posición inicial (¡Ánimo!), tildes y diéresis responden a las mismas reglas, con independencia del tamaño de la letra en la que recaen. Tratándose de lengua, no podía faltar la excepción: las siglas, escritas en mayúsculas, no llevan tilde aunque las iniciales de las palabras que las forman sí la lleven.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Un año más de trabajo académico

ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA

CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Fundada el 12 de octubre de 1927

"La Lengua es la Patria"

Santo Domingo, República Dominicana 

 
 

INVITACIÓN 

   La Academia Dominicana de la Lengua se complace en invitarle al acto de reconocimiento en honor al poeta José Mármol en atención a sus méritos intelectuales, el aporte de su creación y su valioso servicio cultural al país.

   En este evento participarán Irene Pérez Guerra, con "Semblanza de José Mármol"; Manuel Matos Moquete, con "La creación poética de José Mármol"; Bruno Rosario Candelier, con  "Protocolo de premiación"; Rosa Iris Clariot, con "Recital de poesía de José Mármol"; y José Mármol, con "Testimonio de mi creación".

   El acto cultural se efectuará en la Casa de las Academias el 11 de octubre de 2012, a las seis de la tarde, y en el mismo nuestra institución le entregará un Diploma de Reconocimiento a JOSÉ MÁRMOL.

   En espera de su presencia, le saluda cordialmente,

 
 

             Dr. Bruno Rosario Candelier

Director.-

 Lugar: Academia Dominicana de la Lengua

             C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial.

Día:      Jueves 11 de octubre de 2012.

       Hora:     6:00 p. m.


 

C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial, Santo Domingo, República Dominicana.

Fono fax: 809-687-9197 acadom2003@hotmail.com  http://www.academia.org.do

 
 

 
 

ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA

CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Fundada el 12 de octubre de 1927

"La Lengua es la Patria"

Santo Domingo, República Dominicana

 
 

 
 

INVITACIÓN

  
 

 
 

   La Academia Dominicana de la Lengua se complace en invitarle al coloquio  LENGUAJE Y CREACIÓN, que esta Academia presentará con motivo de la celebración del 85 aniversario de nuestra Institución.

 
 

    Participarán en el acto los académicos de la lengua que integran el Grupo Mester de Narradores de nuestra Corporación, quienes ofrecerán las siguientes ponencias:

 
 

-Bruno Rosario Candelier: Visión metafísica y cuántica de la creación poética.  

 
 

-Manuel Salvador Gautier: El lenguaje de la creación novelística.

 
 

-Ángela Hernández: El lenguaje de la creación poética.

 
 

-Ofelia Berrido: El lenguaje de la creación literaria.

 
 

-Emilia Pereyra: El arte de la narración y la palabra.

 
 

 
 

   En espera de su grata presencia, les saluda cordialmente,

 
 

 
 

Dr. Bruno Rosario Candelier

Director.-

 
 

Lugar: Academia Dominicana de la Lengua

             C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial.

Día:      Viernes 12 de octubre de 2012.

       Hora:     9:00 AM

C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial, Santo Domingo, República Dominicana.

Fono fax: 809-687-9197 acadom2003@hotmail.com  http://www.academia.org.do


 


 

Nuevas posibilidades, nuevas palabras

Muchos nos hemos incorporado a la marea de las redes sociales. Reconozco que resulta fácil caer en la tentación de expresarnos y comunicarnos con inmediatez. Los que disfrutamos hablando y escribiendo estamos de enhorabuena aunque, a veces, nos encontramos con la dificultad de adaptar el lenguaje tecnológico, cambiante y efímero como las nuevas tecnologías, a un uso respetuoso con nuestra lengua materna.

Las palabras siguen su curso y las Academias proponen las formas más adecuadas. Hace unas semanas me sumé a los usuarios de Twitter. Es una forma sencilla y ligera de proponer consejos útiles pero nos exige aprender nuevas palabras y su ortografía. Si lo que hacemos es mandar un mensaje a través de Twitter, estaremos tuiteando. Del verbo inglés to tweet se forma el español tuitear, siguiendo el modelo de otros verbos castellanos que se han formado a partir de verbos ingleses, terminados en consonante, a los que se le añade el español –ear. Recuerden que, en su día, tuvimos que aprender también a usar los escáneres, a escanear, a enviar escaneos.

Los tuiteos nos mantienen informados o comunicados. Para compartir los que nos parecen interesantes podemos optar por retuitearlos. Sin lugar a dudas soy una tuitera novata y no puedo disimular que estoy fiebrando. También con todas las voces de nueva creación. Los que ya son expertos en estas lides sabrán perdonarme. Me gusta ir con los tiempos y estar al día con las palabras correctas es una forma hermosa de mantenernos actualizados.

martes, 2 de octubre de 2012

La palabra videojuegos, compuesta, solo mantiene el acento del último de sus elementos y es, por lo tanto, una palabra grave o llana. Como termina en ese no lleva tilde. En este titular, en el que aparece repetida, encontramos el error del mantenimiento de la tilde del primer elemento de la composición.

Renovarse o morir

En las Academias de la Lengua Española no dejamos de aprovechar lo que de bueno nos ofrecen las nuevas tecnologías. Si los dispositivos móviles están a la orden del día, allá va el Diccionario. Los hispanohablantes no podemos quejarnos de su disponibilidad gratuita e inmediata. El Grupo Planeta, editor del diccionario académico tradicional, ha desarrollado una aplicación que puede descargarse en teléfonos y tabletas (de momento para los sistemas operativos de Apple o Android, aunque ya está prevista la ampliación a otros sistemas).

Parafraseando el dicho, si el lector no va al diccionario, el diccionario va al lector. Y parece que funciona. Las descargas diarias superan ya las tres mil. El contenido al que podemos tener acceso es el mismo que la RAE ofrece en su página electrónica: el diccionario en su edición vigésima segunda, que vio la luz en papel en 2001, además de todas las enmiendas que han sido admitidas desde esa fecha hasta la actualidad.

Dice la Academia que la media de consultas diarias a través de Internet ronda los dos millones. No me sorprende que el número de accesos a la página académica y a sus recursos esté encabezado por los Estados Unidos, seguidos, aunque a distancia, por México y Argentina. Sin duda, la posibilidad de hacer consultas a través del móvil es una forma actual de convertir el diccionario en libro de cabecera. A partir de ahora, cuando vea a una pareja o a una familia, cuyos miembros, sentados frente a frente y sin cruzar palabra, se obnubilan con una pequeña pantalla y teclean a velocidad de vértigo, me consolaré imaginando que, tal vez, están buscando una definición en el diccionario.

domingo, 30 de septiembre de 2012

¿Para qué complicarnos innecesariamente?
Tuiteo: más simple, más correcto.
Eslogan de un anuncio con dos errores. La coma separa el verbo y el complemento directo. Al complemento directo le falta la preposición a que debe introducirlo cuando se refiere a personas, como en este caso.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Páginas para la izquierda

El comercio electrónico y las nuevas tecnologías nos obligan día a día a replantearnos nuestra forma de estar en el mundo. Los libros electrónicos, cuya denominación ya se encuentra en el diccionario académico, nos llevaron de la mano a una experiencia de lectura que tenía poco que ver con el tacto del papel y el paso de las hojas, entrañable para muchos de nosotros. Aquello tan coloquial de tirar páginas para la izquierda perdió un poco de su sentido. Al principio me resistí, pero solo al principio, porque la atracción que ejerce el negro sobre blanco supera en mí cualquier tipo de reticencia.

Hasta que he sabido de este nuevo escollo. Algunos atesoramos los libros porque establecemos con ellos una relación especial. Una vez leídos los hacemos nuestros y los consideramos como objetos personales de los que no podemos desprendernos fácilmente. A mí y a los que son como yo nos va a resultar difícil apegarnos al formato electrónico después de saber que una de las condiciones de su compra es la intransferibilidad. ¿Dónde queda aquello de legar nuestra biblioteca a nuestros hijos o a futuros lectores? Cuando nuestros libros hayan dejado de tener sentido para nosotros ¿no podremos entregarlos para disfrute de quienes los quieran o los necesiten? Parece que los libros electrónicos nos obligan a dejar de considerarnos dueños para reducirnos a usuarios. Tendremos que renunciar al sueño de nuestra propia biblioteca digital y volver al placer de pasear nuestros dedos y nuestras miradas por los lomos de los libros. Seguiremos tirando páginas para la izquierda.

martes, 18 de septiembre de 2012

¡Que suene la música!

    Los amantes de la buena música suelen ser también celosos de la expresión correcta. El conocimiento del lenguaje musical sirve de acicate al interés por el uso adecuado de la lengua materna, que tantos menosprecian. La Fundación Sinfonía nos anuncia la celebración el 1 de noviembre de la Gala de Ganadores del Concurso Internacional Chaikovski y nos consulta cuál sería la forma correcta de escribir los nombres de tantos y tantos músicos que proceden de lenguas que utilizan el alfabeto cirílico. Para poderlos escribir correctamente en español necesitamos convertirlos previamente a nuestro alfabeto respetando, en la medida de lo posible, la pronunciación original y también el sistema español de correspondencias entre letras y sonidos. A este proceso lo denominamos transcripción y la Ortografía académica incluye las reglas que deben aplicarse en cada caso para esta hispanización.

    Hasta aquí parece sencillo. La dificultad surge cuando ya nos hemos acostumbrado a un nombre escrito según las reglas de transcripción propias del inglés o del francés. Es una forma más de penetración lingüística y cultural, un poco más sutil, pero penetración al fin y al cabo. Estoy segura de que todos conocemos formas como Tchaikovski o Tchaikovsky. En este apellido se aplican dos de las reglas académicas para la transcripción: el grupo tch, que representa nuestro sonido /ch/ debe transcribirse ch en español; el sonido /i/ en interior de palabra o en posición final precedida de consonante debe transcribirse como i y no como y.

    Todos las hemos leído y, probablemente, las seguiremos leyendo, porque nos resulta difícil adaptarnos a los cambios. Saludo la valentía y el compromiso con nuestra lengua de la Fundación Sinfonía y su preocupación por la corrección ortográfica. Tal vez lo que deje más huella sea no ya cómo escribamos un término concreto (y no sé si esto va a sonar poco académico) sino fomentar la conciencia ortográfica; no si escribimos Chaikovski o no, sino que nos pongamos a pensar si lo que escribimos es correcto o no, cuál es la razón de esta corrección y la trascendencia que tiene qué y cómo escribimos. Nada más y nada menos.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Un búmeran en la maleta

        Las palabras viajeras, como me gusta llamarlas, despiertan mi imaginación porque llevan entre sus letras un pequeño cuento escondido que hay que saber leer. Una de mis preferidas es la palabra barbacoa, se cree que de origen taíno. Por allá por el siglo XV los taínos usaban este término para referirse a un armazón de palos puestos en alto. A veces se usaba para asar alimentos, a veces hacía las funciones de camastro o de andamio tosco.

        Aunque el español disponía del sustantivo parrilla para designar la rejilla de hierro para poner al fuego los alimentos, adoptó el indigenismo, lo echó en la maleta, lo extendió por el territorio hispanohablante e incluso lo introdujo como préstamo en lenguas como el inglés o el francés (barbecue o barbeque). Una de sus primeras apariciones en un texto escrito en español data de 1535 en las páginas de la Historia general y natural de las Indias de Gonzalo Fernández de Oviedo.

        Lo más curioso de la palabra barbacoa es su sorprendente viaje de ida y vuelta. En su tierra natal mantiene la forma original para algunos de sus significados mientras que para referirse a la rejilla para asar, y a los alimentos que en ella se asan, se adopta la forma patrimonial parrilla y su derivado parrillada o, más extraordinario todavía, el préstamo procedente del inglés barbecue pronunciado /barbikiú/. Como si de un búmeran lingüístico se tratara, lo que nació taíno se usa en nuestra isla, su lugar de origen, pasado por el tamiz del inglés. ¿Seremos capaces de encontrar un préstamo tan innecesario como este?

  

martes, 4 de septiembre de 2012

Una aportación al debate: la República Dominicana.

    Por allá por marzo de 2010, en una de las primeras Eñe, comenté el "pequeño" detalle del uso del artículo en el nombre de nuestro país. Don Rafael Molina Morillo ha lanzado la pregunta de nuevo. Tomo el testigo y aporto mi pequeño granito de arena.

    Pequeños grandes detalles

He encontrado a menudo personas a las que, como a mí, los errores ortográficos o gramaticales nos causan la sensación de verlos palpitar en el texto en que se encuentran. De la misma manera resuenan en nuestros oídos cuando se trata de la lengua hablada. Nos asusta que, de tanto oírlos o leerlos, nos lleguen a pasar desapercibidos. Pero existen errores muy habituales que, por su sencillez, pueden ser corregidos sin demasiado esfuerzo por parte de los hablantes. Sólo se necesita voluntad de expresarse con corrección. No está de más refrescar lo que tal vez escuchamos en nuestros años escolares acerca del uso del artículo. Existen dos contextos de uso en los que frecuentemente cometemos errores: los países y los años.

    Los nombres de países no van determinados por el artículo por tratarse de nombres propios. Sin embargo, se recomienda su uso cuando se trata de nombres compuestos, como en el caso de la República Dominicana, los Estados Unidos o los Países Bajos. Es una regla de fácil aplicación que nos puede resultar muy socorrida, más aún cuando el nombre de nuestro país es un ejemplo de uso muy frecuente.

    Lo contrario sucede cuando nos referimos a los años. No debemos usar el artículo. Hablaremos por tanto de que "la Nueva Gramática de la Lengua Española fue publicada en 2009" y de que "2010 será el año en que verá la luz el Diccionario Académico de Americanismos". Son pequeños grandes detalles que hacen la diferencia.

El diccionario más cerca

Mi amiga Maite, quien ha vuelto al colegio con muchas energías, trae loca a su madre. Su profesora le encarga que busque palabras en el diccionario; en el diccionario tradicional en papel, claro está. Pero Maite prefiere usar la consulta por Internet, más fácil y rápida. No se da cuenta, como es lógico a su edad, de que uno de los objetivos que persigue su maestra solo se logra si la búsqueda se realiza en el diccionario en formato libro. Lo ideal sería, una vez dominada la consulta alfabética tradicional, combinarla con la electrónica.


 

Maite está de enhorabuena, y con ella todos los que usamos el diccionario académico en su versión digital. Gracias a las propuestas de los lectores, la Real Academia ha mejorado las posibilidades de consulta del DRAE. Con estos avances podremos buscar un verbo por cualquiera de sus formas flexivas en lugar de únicamente por el infinitivo como hasta ahora. Si en la casilla de búsqueda escribíamos, por ejemplo, la palabra fue, el buscador nos devolvía una respuesta negativa. El nuevo formato nos devuelve la posibilidad de optar por el verbo ser o por el verbo ir.


 

Si tenemos dificultades con la acentuación, la diéresis o las mayúsculas, o no disponemos de un teclado que nos permita usarlas, el buscador académico nos ayuda a solventarlas. Si lo que queremos es consultar una expresión formada por varias palabras (dar bola, hacerse el chivo loco) ya podemos hacerlo escribiéndola tal y como la conocemos, sin necesidad de dominar el método tradicional de búsqueda, que exige conocimientos de gramática.


 

El objetivo fundamental: acercar el diccionario a los hablantes. Ahora solo resta que los hablantes se acerquen al diccionario. Maite ya ha empezado. Les propongo que la sigamos, porque los diccionarios siempre nos reservan muchas sorpresas.


 

jueves, 30 de agosto de 2012

Agapito’s bar

    A los hispanohablantes nos corresponde la responsabilidad de aumentar el aprecio que nosotros mismos tenemos por nuestra lengua materna. Con la consulta de un hablante al servicio de consultas de la Academia Dominicana de la Lengua recordé una anécdota que el escritor, profesor y Académico granadino Francisco Ayala recoge en sus memorias a propósito de un discurso del gobernador Muñoz Marín en Puerto Rico. Les reproduzco aquí sus palabras para que nos sirvan de reflexión:  

"[...] para añadir una nota ligera, quiero aducir el memorable discurso que hacia 1955 pronunció el gobernador Muñoz Marín en defensa de la cultura propia de la isla, discurso que tendría varias repercusiones de sano humorismo, entre ellas una canción, bolero o lo que fuere que, bajo el título de Agapito's bar, ponía en solfa un punto anecdótico marcado por el orador cuando refirió que, en sus viajes por la isla, había tropezado con una taberna a la que engalanaba el rótulo de "Agapito´s bar"; y el gobernador exhortaba a Agapito a prescindir de extranjerismo tan ridículo, sin darse cuenta de que Agapito's bares los hay a montones en Perú, en España, en Francia, en Italia y hasta en Turquía".  

Como dice el refrán castizo "Mal de muchos consuelo de tontos".

martes, 28 de agosto de 2012

Rectificar es de sabios

        La cercanía en los sonidos de dos palabras es engañosa y puede provocar malentendidos. Esta situación es la que se produce en la confusión frecuente entre los verbos ratificar y rectificar; dos verbos que, podríamos decir, tienen significados opuestos pero a los que su parecido los traiciona con cierta facilidad.

        Comparten el sufijo, es decir su terminación, -ficar, procedente del latín facere 'hacer'. Lo que los diferencia son apenas dos letras, las que separan a los prefijos rati- y recti-. El primero tiene su origen en el latín ratus que significa 'confirmado'; el segundo nace del latino rectus 'recto'.

        Estas distintas raíces explican la diferencia existente entre sus significados y pueden ayudarnos a evitar la confusión entre uno y otro verbo. Si ratificamos algo estamos aprobándolo o confirmándolo y lo damos por valedero y cierto. Todo lo contrario expresamos cuando elegimos el verbo rectificar. Sus distintas acepciones nos aportan el sentido de corregir algo que se ha hecho o dicho por considerarlo erróneo o inexacto.

        Si nos ratificamos en algo que hemos dicho estaremos confirmando su validez; sin embargo, si rectificamos algo que hemos dicho estaremos corrigiendo o modificando su validez.

        La vida nos da muchas ocasiones para usar estos dos verbos. Si importante es ratificarnos en nuestras convicciones o ratificar nuestros objetivos, mucho más lo es tener la sabiduría de rectificar a tiempo cuando nos equivocamos. Ya saben eso de "rectificar es de sabios". Si aprendemos a diferenciarlos nos ayudarán a expresarnos con precisión, a no tener que rectificar lo dicho y a ratificar nuestro buen uso del español.


 

martes, 21 de agosto de 2012

En busca del libro

    Como si de una novela de intrigas se tratara, un códice medieval desapareció misteriosamente de la catedral de Santiago de Compostela en España el año pasado. La investigación policial desentrañó el misterio y el códice volvió a su tranquilidad entre los vetustos muros catedralicios de donde nunca debió salir. En nuestra época todavía muchos sentimos la atracción inexplicable que provoca la tinta sobre el papel, en todos sus formatos. Los libros han recibido a lo largo de la historia nombres diversos. Aprovechemos la azarosa historia del códice compostelano para acercarnos a ellos.

    Como de muchos otros acontecimientos históricos, el año 1492 fue testigo de la aparición de la imprenta. Hasta entonces los libros eran escritos y copiados a mano –manuscritos- por dedicados amanuenses. Estos libros manuscritos anteriores a la invención de la imprenta son los códices, como el protagonista de nuestra historia de hoy. Los años iniciales de la imprenta, hasta comienzos del siglo XVI, produjeron obras que conocemos como incunables –hermosa palabra que procede del latín incunabula que significaba 'pañales'. Libros en pañales, hermosa imagen, digna de un buen poeta.

    Desde los incunables hasta nuestros días los libros han sido los reyes, en baratas ediciones de bolsillo, hermosas ediciones especiales, obras de segunda mano que se abren por las páginas que más les han gustado a sus antiguos lectores. El libro no se detiene. El nuevo formato de los comienzos de nuestro siglo ya ha llevado a las páginas del diccionario académico la locución libro electrónico. Confiamos en que siempre nos queden muchos libros por descubrir.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Si leyeron Eñe el pasado martes sabrán encontrar un ejemplo de uso incorrecto de la coma en este anuncio.

Si no, relean el pie del anuncio: "Sus 3 hojas muy suaves, absorben con solo tocar".

El sujeto (sus 3 hojas muy suaves) separado del verbo (absorben con solo tocar).

El uso de las mayúsculas deja también mucho que desear. ¿Por qué va en mayúsculas "Nuevo Papel Higiénico"? Para destacar un elemento en un texto publicitario podemos echar mano de muchos recursos pero, desde luego, debemos respetar la ortografía.
Si analizamos someramente el léxico también encontramos algún fallo.

Si lo que queremos expresar es 'por lo menos' debemos usar la locución correcta: como mínimo.

Un anuncio bonito y cuidado en su imagen que balbucea en la expresión lingüística.

martes, 14 de agosto de 2012

Reflexión sobre la lengua de un maestro

Lago en el Parque Nacional de Yellowstone.
Autor: Juan Ramón Peralta.
         Reconozco sin apuro mi debilidad por la prosa narrativa y por la reflexión intensa acerca de la realidad de Javier Marías. En estos días estoy releyendo su trilogía Tu rostro mañana y no puedo evitar volver una y otra vez a este párrafo magistral incluido en su primer volumen Fiebre y Lanza:              

'Antes te he dicho que el hablar, la lengua, es lo que comparten todos, hasta las víctimas con sus verdugos, los amos con sus esclavos y los hombres con sus dioses, no tienes más que acudir a la Biblia y a Homero, o por supuesto a Teresa de Ávila y a Juan de la Cruz en tu idioma. Pero sí dejan de compartirlo algunos, cómo decir, hay quienes no lo poseen, y no son precisamente los mudos o los muy niños'. Ahora en cambio miró hacia abajo un segundo, y aún tenía la vista en la hierba, o quizá más allá, en la invisible tierra bajo la tierra, cuando añadió tras tan breve pausa: 'Los únicos que no lo comparten, Jacobo, son los vivos con los muertos'.

 Un maestro indiscutible.

Nada que las separe

Tengo un amigo académico y, por más señas, Presidente de la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua, que ha diagnosticado una de las dolencias que aquejan la redacción de los dominicanos: la comitis. El abuso de la coma revela falta de organización mental y desconocimiento de conceptos básicos de gramática. Lamentablemente estas dos virtudes no abundan entre nosotros.

Los dos componentes fundamentales de la oración, el sujeto y el verbo, no pueden ir separados por comas. Son elementos tan interrelacionados que se presuponen y su historia de amor no admite ni una coma que los separe. No hay más que leer la mayoría de las páginas publicadas en nuestro país y encontramos infinidad de ejemplos de lo contrario. El error es frecuente cuando el sujeto es largo o está formado por varios elementos separados por comas. El que escribe pierde el camino de la redacción y demuestra falta de ilación mental. Analicemos la frase Todos los empleados que hayan elegido disfrutar sus vacaciones en verano deberán comunicarlo a la dirección. ¿Cuántos de nosotros habríamos optado por incluir una coma entre el sujeto y el verbo, justo después de la palabra verano? Todos hacemos una breve pausa en la lectura en ese punto. Sin embargo, esta pausa no debe ir marcada con una coma, que no puede interponerse entre sujeto y verbo, por largos que estos sean.
No crean que terminamos sin que aparezcan las excepciones. La primera se produce cuando el sujeto es una relación que termina con la palabra etcétera: Pantalones, medias, vestidos, etcétera, se amontonan en las maletas. La segunda excepción la constituye la aparición, inmediatamente después del sujeto, de un inciso separado por comas: Hasta las grandes historias de amor, como la del sujeto y el verbo, necesitan sus pausas.

martes, 7 de agosto de 2012

Encantados de ser diferentes

Navegando en la red he encontrado este acceso a un artículo publicado en El País en España acerca de un estudio que realicé sobre los antropónimos dominicanos. Lo comparto con Ustedes:

jueves, 2 de agosto de 2012

El hilo del collar

    Cuando hablamos, escuchamos a alguien hablar, escribimos o leemos no nos basta con desentrañar el significado de cada palabra o con elegirlas con propiedad; no nos basta tampoco con elegir la dicción adecuada a la situación en la que nos encontramos, con adaptar nuestro oído a acentos distintos al nuestro o con esmerarnos en hacer gala de una ortografía exquisita.

    Con ser imprescindible, el dominio del vocabulario, de la dicción o de la ortografía no es suficiente para lograr una comunicación correcta. Nos falta algo esencial en la comunicación por medio de palabras; nos falta la sintaxis. Desde los griegos llamamos así a las reglas que establecen las lenguas para colocar en orden las palabras, para enlazarlas unas a otras de forma que adquieran el sentido que les queremos dar. Sin ella los elementos que forman la lengua se desgranarían como lo hace un collar cuando se rompe el hilo que engarza cada una de sus piezas.

    Todos los que hemos tenido la fortuna de haber disfrutado de una formación escolar, mejor o peor, hemos oído hablar (o deberíamos haberlo hecho) de sujetos, verbos, complementos, concordancia, subordinación, puntuación… Para muchos no se trata más que de una ristra de términos vacíos que nos vimos obligados a aprender sin entender muy bien para qué servían. Sin embargo, son conceptos muy útiles que, bien manejados, son imprescindibles para expresarnos y entender lo que otros expresan, para persuadir, para no dejarnos engañar, para convencer o para enamorar. Dime cómo está tu sintaxis y te diré cómo funciona tu cabeza y a dónde puedes llegar con las palabras.

Respeto ortográfico

Se acerca uno de los acontecimientos deportivos del año. Londres recibirá los XXX Juegos Olímpicos y nos brindará un verano caliente, al menos deportivamente hablando. Mucho se comentará acerca de la olimpiada - olimpíada, olimpiadas u olimpíadas-, que de las cuatro formas podemos referirnos a esta 'competición universal de deportes que se celebra modernamente cada cuatro años', según la definición académica.

Probablemente también escucharemos usar incorrectamente el numeral con el que nos referimos al número de orden que ocupan estas olimpiadas en la serie de los juegos celebrados en la era moderna. El uso, en el caso de las olimpiadas, como en el de los reyes y papas, prefiere expresar el ordinal en números romanos, que deben ir siempre en mayúsculas: los XXX Juegos Olímpicos (leído los trigésimos Juegos Olímpicos).

Si el ordinal que queremos abreviar no está relacionado con estos ámbitos podemos optar por utilizar los números arábigos seguidos de una letra volada. Esta opción nos obliga a colocar un punto entre la cifra y la letra volada, que será siempre o (1.º), a (4.ª) o er (3.er, 1.er ).

Como en esta ocasión, si nos referimos a un acontecimiento o celebración, debemos anteponer el numeral al sustantivo que lo designa: la 3.ª edición del festival
de cine, el XX aniversario de bodas. Para estos casos En un uso menos cuidado nos encontraremos también la sustitución del ordinal por el cardinal, y así nos comentarán acerca de la treinta Olimpiada de la era moderna, más corriente pero no incorrecto. Por cierto, se usa la inicial mayúscula cuando nos referimos a una olimpiada concreta. Un acontecimiento que, una vez cada cuatro años, es capaz de concertar tantas voluntades bien merece nuestro respeto ortográfico.

miércoles, 11 de julio de 2012

Manual de estilo en la red

Nos quejamos con frecuencia del mal uso de nuestra lengua en las redes sociales y no es una queja sin fundamento. Sin embargo, si lo analizamos en profundidad, el problema no está en las redes sociales sino en la deficiente formación lingüística de sus usuarios. Las redes sociales, el correo electrónico y sitios en la red nos han enfrentado de nuevo, cuando ya casi la teníamos olvidada, a la "página en blanco". Desde Fundéu (Fundación del Español Urgente) nos recuerdan que las redes sociales están ayudando a recuperar el interés por la corrección en la escritura. ¿Nos pasa a nosotros lo mismo? Pues debería. Según el director de esta fundación "los usuarios son conscientes de que las faltas de ortografía, la precipitación y la descortesía devalúan sus mensajes". ¿Somos los usuarios dominicanos conscientes de esta devaluación?

La pérdida del valor de lo que comunicamos nos afecta directamente como profesionales y como ciudadanos, en fin, como personas. Si nuestra compañía publica una página electrónica o envía correos a sus clientes, si debemos usar estos medios para comunicarnos con las instituciones públicas o privadas, la lengua escrita nos será imprescindible. Dejemos las quejas a un lado y pongámonos manos a la obra. Empecemos por consultar al manual de estilo para el buen uso del español en la red que ha publicado Fundéu en el sitio www.manualdeestilo.com o revisemos los videos que publica en su canal YouTube. El material está disponible. Nuestra tarea es despertar en los hablantes dominicanos la curiosidad y el interés por mejorar lo que escriben. Saldremos ganando todos.

martes, 3 de julio de 2012

Recuerdos de infancia

Hace unas semanas Diario Libre celebró su undécimo aniversario. El acontecimiento se reseñó con una breve nota en portada en la que llamó mi atención el uso de un adjetivo con sabor añejo. A los que nos gustan las palabras nos suelen pasar estas cosas. Hablaba el artículo del onceno aniversario del diario y fue precisamente la elección del numeral ordinal onceno la que me gustó.

El redactor podría haber elegido undécimo o, tal vez, decimoprimero. Los tres ordinales son sinónimos para expresar que el elemento al que se refieren ocupa el lugar número once en una sucesión, en este caso, de años. Los tres son adjetivos y pueden usarse antepuestos, como en el ejemplo de hoy, o pospuestos al sustantivo al que modifican. Undécimo es la forma etimológica, más frecuente en el uso culto y en la expresión cuidada. Decimoprimero y su forma apocopada decimoprimer son más modernas pero igualmente correctas. La forma apocopada se reserva para los casos en los que el ordinal se coloca delante de un sustantivo masculino, incluso si existen otras palabras entre ellos. ¿Recuerdan aquello de mi primer gran amor?

En vez de estar gozando del uso de un adjetivo estaría rezongando durante un buen rato si hubiera leído acerca del *onceavo aniversario. Tremendo y frecuente arroz con mango en el que se confunden numerales ordinales y partitivos.

Si volvemos al uso correcto y hermoso de onceno disfrutaremos de esta tercera posibilidad, quizás la más frecuente en el español medieval y clásico, y que pervive con mayor vitalidad en estas orillas del español que en aquellas que lo vieron nacer. Las lenguas, como muchos de nosotros, cuando crecen guardan reminiscencias de sus años de infancia.


 


 

jueves, 21 de junio de 2012

Un mundo de siglas

Nuestro mundo, cada día más complejo y al mismo tiempo cada día más simplón, nos ha rodeado de siglas y acrónimos. Formados por las iniciales de los vocablos de una denominación compuesta, se usan como forma abreviada de referencia. De los LP hemos pasado a los CD y los DVD; del FBI y la KGB a la OEA, el FMI o las ONG; del ADN al SIDA. Su proliferación ha provocado dudas acerca de su escritura correcta. Hagan la prueba repasando las páginas de nuestros diarios.

Debemos tomar en cuenta que se escriben con todas sus letras en mayúsculas, sin tilde y sin puntos ni espacios blancos de separación entre las letras. Solo se recurre a los puntos cuando van incluidas en un texto que está escrito enteramente en mayúsculas¸ por ejemplo un titular de prensa rezaría O.E.A. CELEBRA CUMBRE.

Si queremos expresarlas en plural debemos mantenerlas invariables en la escritura y recurrir al uso del plural en las palabras que concuerdan con ellas: varias ONG presentaron DVD relacionados con sus actividades. Las siglas siempre adoptan el género de la palabra considerada el núcleo de la expresión de la que proceden. En OEA el núcleo es la palabra organización, sustantivo femenino, por lo que la sigla se considera femenina y así decimos que la OEA firma una declaración de intenciones.

Las siglas que se leen tal y como se escriben se llaman también acrónimos. Unas y otras, si se popularizan y son muy usadas, suelen generar palabras que se incorporan a nuestro vocabulario común. Un ejemplo criollo: la amet detuvo el tránsito para que pasara la omsa. En este caso siguen las normas generales de pluralización y acentuación. Las siglas llegaron para quedarse. ¡Que no nos agarren asando batatas!


 


 

Palabras con alas

Disfruto las consultas que me permiten bucear en la historia de las palabras, casi siempre sorprendente. Las azafatas eran en su origen las camareras encargadas de asistir a la reina con sus vestidos y joyas para lo que se ayudaban de una bandeja de poca altura denominada azafate, que terminó por darles nombre. Uno de los registros más antiguos de esta palabra se encuentra en un inventario de los bienes de Felipe II en 1600. Con este significado se registra ya en el primer diccionario académico en 1726, en el que se aclara que se llama azafata "por el azafate que lleva y tiene en las manos mientras se viste la reina".  


 

El cambio en los tiempos produjo, como siempre, el cambio en la lengua y, con los años, la palabra azafata sirvió para denominar a las auxiliares de vuelo encargadas de atender a los pasajeros de los aviones. La leemos ya con este significado en una novela de Miguel Delibes de 1948. La Academia, como debe ser, sigue a los hablantes cultos y la incluye en su diccionario en 1956. En América, además, aparece el compuesto aeromoza, que ingresa en el diccionario académico en 1992.


 

Como las azafatas, tanto las reales como las aéreas, tradicionalmente eran mujeres, nunca hubo necesidad de buscar un masculino. Eso cambió a finales del siglo XX. Una profesión considerada femenina se amplió a los hombres y poco a poco surgieron los azafatos o los aeromozos, o los mucho más asépticos y aburridos auxiliares de vuelo. Una vez más la Academia adapta su diccionario y, en la próxima edición, incluirá también los sustantivos masculinos. Como ven no siempre somos las mujeres las que ampliamos campos y hacemos volar las palabras.    


 

Con mucho recorrido

No hay carnaval sin vejigas. Las que usan nuestros diablos cojuelos se acercan al origen de la palabra. Se trata de una bolsa de tripa de un cerdo, vaca u otro animal, que se rellena de aire o de líquido. De esta ancestral bolsa de tripa hemos derivado también hasta nuestras actuales y coloridas vejigas de fiestas y cumpleaños, acepción que, por cierto, falta en el Diccionario Académico. Nuestra patrimonial vejiga tiene su origen en el latín vesica, de donde también procede el cultismo médico vesícula, que no es más que una vejiguita.                                

En la antigüedad se denominaba también con este nombre a una pequeña bolsa fabricada de tripa de carnero en la que los pintores conservaban sus pinturas al óleo. Existe en la República Dominicana además la vejiga que en los campos se utilizaba (no sé si se mantiene este uso todavía) para llevar tabaco. De ahí surgió una expresión dominicana con sabor a monte y a autenticidad, ser una persona de tabaco en la vejiga, con ella se calificaba a las personas valientes y resueltas.

Seguro que han notado que los dominicanos, como muchos otros hispanohablantes, pronunciamos el sonido de la jota como una aspiración. Esta pronunciación aspirada tiene un origen muy antiguo. Como también usamos este mismo sonido aspirado en muchas palabras que tienen hache y relacionamos esta costumbre con una pronunciación vulgar, hay hablantes que tratan de autocorregirse y pronuncian vejiga como [vehiga]. No es necesario el esfuerzo. Lo correcto es vejiga. De la otra forma ¿no les suena como si ya se hubiera pichado?; y eso es lo último que queremos.       

martes, 29 de mayo de 2012

En un lugar de Tampa

En la ciudad de Tampa en Florida el barrio histórico de Ybor, formado en su origen por inmigrantes cubanos y españoles, ha protagonizado una "batalla" ortográfica y ciudadana. En homenaje lingüístico a su herencia cultural la denominada Seventh Avenue lucía con orgullo su denominación en español, La Sétima. Algunos pobladores pidieron a las autoridades municipales la corrección de este nombre para que pasara a ser La Séptima. Y aquí surgió la controversia ortográfica.

Cuando pronunciamos el grupo de consonantes pt relajamos mucho la pronunciación de la p. Las variantes ortográficas que reflejan este fenómeno están admitidas en séptimo y septiembre debido a su uso generalizado y frecuente; por lo tanto, las grafías sétimo y setiembre no están consideradas como errores ortográficos. No así los derivados, como septuagenario o séptuplo, ni el resto de voces que incluyen este grupo consonántico.

Pero en lengua, además de la corrección, hay que tomar en cuenta la valoración de los hablantes. La reducción del grupo en la escritura está considerada como un uso poco cuidado mientras que su mantenimiento se relaciona con un uso culto. Los habitantes de Ybor defendieron sus posturas y demostraron que la ortografía todavía puede levantar pasiones. Unos abogaban por el mantenimiento de lo establecido; otros por un cambio ortográfico que reflejara una apreciación culta. Finalmente el ayuntamiento decidió aprobar que la calle se llamara La Séptima. Todos tenían sus razones. Podemos inclinarnos por una postura o por otra pero, en cualquier caso, la polémica reafirma la trascendencia de la ortografía y cómo lo que para muchos solo representa un conjunto de normas molestas puede significar, para los que valoran su lengua, una seña de identidad cultural que merece ser defendida.

martes, 22 de mayo de 2012

Fuentes de palabras

Cuando un escritor de la altura humana y literaria de Carlos Fuentes muere, muere con él en todos nosotros la capacidad de fabulación. Huérfanos de palabras, nos sentimos indefensos ante una realidad que pide a gritos una ficción que la supere.


 

La inteligencia demostrada a través de las palabras fue su firma. Su prosa transmina América y su español, un español escrito a mano, como antes, con calidad y transparencia, nos ha impulsado como hablantes hacia el siglo XXI. La voz literaria de Carlos Fuentes, una voz mexicana que supo trascender los límites de la mexicanidad, se hizo merecedora del Premio Cervantes y del Premio Príncipe de Asturias. Cuando reconocemos al español como una lengua de cultura estamos hablando precisamente de que en español escriben personalidades como la de Carlos Fuentes, quien reconocía que, desde la primera vez que leyó el Quijote, volvía a él año tras año.


 

En las páginas del diario español El País leí estas palabras de Juan Cruz dedicadas al novelista: "Perturbado su país, perturbado el mundo, perturbado el universo personal que lo animó algún día, Fuentes ya era solo un escritor, una mente buscando en las ficciones la explicación del mundo". En tiempos como estos en que no nos podemos permitir el lujo de prescindir de quienes nos explican el mundo, no podemos esperar más palabras de Fuentes. La edad del tiempo, de su tiempo y, con él, un poco del nuestro, llegó al final.

martes, 8 de mayo de 2012

Un adjetivo redundante

Un lector corrige, y hace bien, porque tiene razón, la aplicación del adjetivo público al sustantivo funcionario. Acudamos a los diccionarios, en este caso, a los académicos. Se trata, sin lugar a dudas, de un uso redundante puesto que este sustantivo lleva ya en sus distintas acepciones el rasgo de significado del adjetivo público, 'perteneciente o relativo al Estado'.


 

Es muy importante saber que al vocablo funcionario se le conocen dos acepciones principales. La primera, más cercana al uso actual de España, por la que se lo define como la ´persona que desempeña profesionalmente un empleo público'. Así nació este sustantivo, una de cuyas primeras dataciones en español es un texto de Simón Bolívar en 1828, y así designa hoy a los empleados del Estado que, tras un proceso selectivo, adquieren esta condición de manera indefinida, independientemente de la orientación política de los que ocupen los puestos de poder. La segunda acepción, nacida y utilizada en muchos países de la América de habla española, entre ellos el nuestro, se asimila a lo que conocemos como cargo público, un puesto que se desempeña en una administración pública no profesionalmente sino con carácter electivo o de confianza.


 

El sustantivo funcionario deriva del verbo funcionar 'dicho de una persona, ejecutar las funciones que le son propias'. Hasta aquí el análisis filológico de la palabra. Otra cosa muy distinta, que no tiene nada que ver con la lingüística o con los diccionarios, es que nuestros funcionarios se parezcan en poco o en mucho a personas que funcionan o que las funciones que ejercen sean las consideradas propias de un empleado del Estado. Eso se lo dejo a ustedes.

martes, 1 de mayo de 2012

Mujeres que trabajan

La formación correcta del femenino en las palabras que designan profesiones o cargos provoca a menudo dudas. La incorporación de la mujer al mundo laboral en todos los ámbitos hace cada día más necesaria, y ya iba siendo hora, la disponibilidad de estos términos tanto para hombres como para mujeres. Los casos son innumerables y cada uno, como suele pasar en la lengua, con sus correspondientes excepciones.

Hoy quiero dedicarme, para complacer la curiosidad de muchos lectores, a los que terminan en –e. Normalmente funcionan como sustantivos comunes en cuanto al género, es decir, disponen de una forma única para ambos géneros gramaticales: una pinche de cocina o un pinche de cocina. El sexo de la persona designada lo expresan en estos casos los artículos y los adjetivos.

Algunos de estos sustantivos tienen para el femenino formas específicas construidas con los sufijos –esa, -isa o –ina. Así encontramos al alcalde y la alcaldesa, al sacerdote y la sacerdotisa, y al héroe y la heroína. Hay incluso unos pocos que han generado un femenino en –a: jefas y jefes, caciques y cacicas, que también las hay.

Un grupo muy numeroso son los nombres que terminan en –ante o –ente: el/la comediante, el/la estudiante. Funcionan como comunes, con una sola forma, aunque en ciertos casos han extendido para el femenino una forma terminada en –a que va siendo aceptada por el uso; cada día nos resultan menos extrañas las clientas, las marchantas o las presidentas.

Como ven, en la lengua suelen combinarse cuestiones gramaticales, históricas y también de uso y costumbre. Cada hablante debe decidir si el uso que quiere para su lengua es el apegado a la norma culta y prepararse para ponerlo en práctica. Lectura, lectura y más lectura. Créanme, nunca será suficiente.

jueves, 26 de abril de 2012

Lustre para nuestras palabras

    Mencionamos con frecuencia cómo un buen manejo del español favorece nuestra imagen personal, académica y profesional. Si esto es así en el ámbito personal, podemos fácilmente hacernos una idea de lo que este buen uso puede suponer para la imagen comercial de una marca o empresa. Las palabras están presentes en todo lo que hacemos y, más que muchas otras cosas, hablan de nosotros. La publicidad empresarial debería tener en cuenta esta máxima y cuidar con mimo la corrección del lenguaje de anuncios y folletos. En un encartado publicado recientemente leemos en vistosas letras mayúsculas una tentadora invitación a meter las manos en la masa. La invitación consiste en una sugerente sucesión de imperativos de verbos relacionados con los fogones. El efecto se desvanece cuando nos encontramos con una falta ortográfica que podría haberse evitado con una sencilla consulta al diccionario. El verbo glasear -'hacer, con diversos medios, que un alimento quede brillante'- se escribe con ese, no con zeta. Igual les ocurre a las palabras de su familia: glaseado, glasé, azúcar glas. Es verdad que, como los dominicanos seseamos, tendemos a autocorregirnos y a abusar de la zeta y de la ce en palabras que no las llevan. La inseguridad ortográfica se une en este caso a un cruce con un verbo inglés con el mismo significado y que se escribe con zeta. El influjo de otras lenguas se aprecia a menudo en detalles tan pequeños como una zeta que se cuela donde no le corresponde. Ojo avizor entonces a nuestra producción publicitaria. Una falta ortográfica puede restar lustre a lo que ofrecemos.

lunes, 16 de abril de 2012

No tan chistoso

        Disfruto día a día con las viñetas humorísticas de nuestros diarios. Engarzan palabra e imagen con sutileza y gracia. Seguro que muchos de ustedes hacen lo mismo que yo y saltan páginas para ir directamente a lo que tienen que decirnos estos personajes que nos presentan la realidad, no siempre halagüeña, con un toque especial de ironía, sarcasmo o ternura.

        Pero los redactores de estas viñetas usan también la lengua en sus concentrados bocadillos y no están libres de los temidos - espero - errores ortográficos. Dio en la diana el chiste gráfico que criticó muy expresivamente los tapones memorables que se produjeron gracias a la combinación de bandereos políticos y Semana Santa.

        La comparación fue acertada; no tanto el uso ortográfico. Leíamos *crucificción por crucifixión. Se trata de la confusión entre -x- y -cc-. Los hablantes que seseamos pronunciamos de la misma manera las terminaciones –xión y –cción. No es desde luego una excusa. Déjenme ofrecerles un pequeño truquito que la Nueva ortografía de la lengua española académica ofrece para cuando dudemos y no tengamos un diccionario a mano. Las palabras terminadas en –xión siempre tienen en su familia de palabras (palabras que comparten la misma raíz) una que termina en –jo o en -xo. Hagan la prueba con crucifixión (crucifijo), anexión (anexo, anejo), conexión (conexo), etc. Esto no les sucede a las palabras que terminan en –cción.

        Algunos alegarán que hay que conocer muchas palabras. Nadie dijo que fuera fácil. La riqueza de vocabulario y el conocimiento de las relaciones "familiares" entre los vocablos nos ayudan con la ortografía. Más razones para leer y para usar el diccionario.

miércoles, 11 de abril de 2012

Humor inteligente y ortográfico

Un uso inteligente de las palabras nos permite esto y más. Agrega contenido y demuestra dominio del idioma. Rara avis.

Esperen una columna sobre este error ortográfico

Apodos y alias

    Los raterillos de medio pelo y los ladrones de cuello blanco pueblan las crónicas periodísticas de apodos de lo más pintorescos que, si no fuera por lo que ocultan, podrían incluso resultar divertidos.

    La ortografía, como si de una vulgar metiche se tratara, también tiene algo que decir sobre la forma correcta de escribirlos. Para los ejemplos prefiero el mundo deportivo. El apodo, que generalmente se basa en algún rasgo de la persona, debe escribirse con mayúscula inicial. Si va introducido por un artículo, este debe escribirse en minúscula: José Reyes, el Correcaminos, y David Ortiz, el Big Papi. Los sobrenombres se escriben entre comas excepto en los casos en los que no pueden usarse aislados del nombre propio: Pedro el Cruel o Alfonso X el Sabio.

    Hay una costumbre muy frecuente en las crónicas deportivas de esta orilla del español: situar el sobrenombre entre el nombre de pila y el apellido. Si elegimos esta modalidad el apodo debe distinguirse del nombre mediante el uso de las comillas o de las cursivas: el pelotero José el Mambo Lima o el boxeador Fausto "Ceja" Rodríguez.

    A veces lo que distingue al personaje no es su apodo sino su hipocorístico. No se me asusten: no es una mala palabra. Así se llaman los nombres abreviados o afectivos que usamos a veces como sustitución del nombre de una persona: Pepe por José, Tatica por Altagracia. La regla es la misma; así en Retiraron el número 31 como reconocimiento a Guillermo Memo García (o Guillermo "Memo" García).

    Los apodos, familiares, populares, deportivos o históricos, merecen también su minuto de gloria ortográfica.

sábado, 7 de abril de 2012

Una nueva ocasión para encontrarnos en la Academia

                        ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA

CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Fundada el 12 de octubre de 1927

"La Lengua es la Patria"

Santo Domingo, República Dominicana

 
 

                     INVITACIÓN

    La Academia Dominicana de la Lengua se complace en invitarle a la presentación del libro Fonética y Fonología del español.

    La obra será comentada por Bruno Rosario Candelier y María José Rincón.

    La actividad lingüística se realizará en la sede de nuestra Institución, el martes 10 de abril de 2012, a las 5:00 pm.

   En espera de su amable presencia, le saluda cordialmente,

Dr. Bruno Rosario Candelier

Director.-

Lugar:   C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial

Día:       Martes 10 de abril de 2012

Hora:    5:00 p. m.


 

Dirección:

 Casa de las Academias

C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial, Santo Domingo, República Dominicana.

Tel. 809-687-9197 <acadom2003@hotmail.com>http://www.academia.org.do

Un espejismo

    ¡Ay, los sinónimos! Son esas palabras que, aparentemente, y solo aparentemente, tienen el mismo significado. Muchos opinamos que no existen verdaderos sinónimos.  Les propongo que analicen este trío que usamos con frecuencia indistintamente pero cuyos miembros no designan la misma realidad. Los topónimos Hispanoamérica, Iberoamérica y Latinoamérica, y sus correspondientes gentilicios, hispanoamericano, iberoamericano y latinoamericano, tienen una historia llena de connotaciones políticas y culturales que enriquecen y matizan nuestros textos. Si nos fijamos en la designación, es decir, en la realidad a la que cada uno de ellos se refiere, no podemos considerarlos sinónimos.

    Hispanoamérica designa al conjunto de países americanos de lengua española. Iberoamérica, en cambio, nombra al conjunto de los países americanos que usan español o portugués, las lenguas originarias de la Península Ibérica. Latinoamérica, el de más amplia designación, engloba los países americanos que hablan lenguas de origen latino, como el francés, el portugués y el español. Este último surgió en Francia allá por el siglo XIX y le ha ido ganando terreno a los demás. Tal vez por su mayor amplitud de referencia o, quizás, como en tantos otros aspectos, por ser la denominación que más difusión ha tenido entre los norteamericanos.

    La riqueza histórica de la lengua española pone a nuestra disposición tres posibilidades para nombrar tres realidades cercanas pero no idénticas. A los distintos significados se añaden connotaciones políticas y culturales. Debemos poner a trabajar  nuestra actitud y aptitud como hablantes para aprovechar estas sutiles diferencias de matiz. Como ven, la sinonimia, al menos en este caso, no es más que un espejismo.         

martes, 27 de marzo de 2012

Más sobre el gerundio


 

    Agradecemos a nuestro seguidor sus comentarios y el interés que demuestra por el buen uso de nuestra lengua. La utilización de las formas nominales del verbo no es fácil. Lo mejor para familiarizarnos con ellas es la buena lectura, imprescindible para esto como para tantas otras cosas. A pesar de todo, siempre nos plantean dudas y nos motivan a seguir aprendiendo, como bien ha hecho nuestro lector.

    Entre los artículos que ha elegido para ampliar conocimientos ha encontrado la recomendación de evitar el uso del gerundio como adjetivo especificativo referido a cosas o a hechos. El ejemplo y la propuesta que se registran en ese artículo son los siguientes:

*El juez dictó una sentencia condenando al acusado; debe decirse: El juez dictó una sentencia que condenaba al acusado.

    El error en este caso no está en la posterioridad de la acción expresada por el gerundio sino en su uso como adjetivo referido al sustantivo sentencia.

    Bienvenido a nuestra bitácora. Contamos con sus comentarios y sus aportes.