Entre las novedades de la Ortografía académica de 2010 se encuentran algunas indicaciones sobre el uso de los prefijos. Aunque alguna que otra de estas Eñe la han protagonizado los prefijos creo que no sobra que volvamos sobre ellos. Algunas de estas partículas presentan dos formas en nuestra lengua y surge la duda de cuándo usar una u otra. Es el caso de los prefijos pos-/post- y tras-/trans. Para ambos se prefiere la forma simplificada: pos- y tras-. Elegiremos así las palabras posmoderno, posparto, posguerra, trasportar, trasparente o trascendental. Y aquí llega la inevitable excepción. Solo nos decantaremos por las formas post- y trans- si la palabra a la que se añaden comienza por s-. La ortografía de los derivados correspondientes sería la siguiente: postsindical, postsoviético, transiberiano o transexual. (Cuando usamos el prefijo trans- seguido de la consonante s mantenemos solo una de las dos eses resultantes).
Como todos los prefijos, se escriben unidos a la palabra a la que modifican, salvo en algunos casos muy concretos. Cuando se aplican a una combinación de palabras siempre se escriben separados: pos guerra fría. Se ayudan del guion cuando se unen a una cifra, un nombre propio o una sigla: pos-14 de Junio, pos-URSS, pos-Balaguer. No nos viene mal recordar también estas reglas y aplicarlas al prefijo ex−. En tiempos como los nuestros, en los que dejamos tantas cosas atrás, inevitablemente debemos tener presentes a los exesposos, los expresidentes y los ex altos cargos, y cuidarnos de que el prefijo ex− no se nos pegue a nosotros.
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