Mi amiga Maite, quien ha vuelto al colegio con muchas energías, trae loca a su madre. Su profesora le encarga que busque palabras en el diccionario; en el diccionario tradicional en papel, claro está. Pero Maite prefiere usar la consulta por Internet, más fácil y rápida. No se da cuenta, como es lógico a su edad, de que uno de los objetivos que persigue su maestra solo se logra si la búsqueda se realiza en el diccionario en formato libro. Lo ideal sería, una vez dominada la consulta alfabética tradicional, combinarla con la electrónica.
Maite está de enhorabuena, y con ella todos los que usamos el diccionario académico en su versión digital. Gracias a las propuestas de los lectores, la Real Academia ha mejorado las posibilidades de consulta del DRAE. Con estos avances podremos buscar un verbo por cualquiera de sus formas flexivas en lugar de únicamente por el infinitivo como hasta ahora. Si en la casilla de búsqueda escribíamos, por ejemplo, la palabra fue, el buscador nos devolvía una respuesta negativa. El nuevo formato nos devuelve la posibilidad de optar por el verbo ser o por el verbo ir.
Si tenemos dificultades con la acentuación, la diéresis o las mayúsculas, o no disponemos de un teclado que nos permita usarlas, el buscador académico nos ayuda a solventarlas. Si lo que queremos es consultar una expresión formada por varias palabras (dar bola, hacerse el chivo loco) ya podemos hacerlo escribiéndola tal y como la conocemos, sin necesidad de dominar el método tradicional de búsqueda, que exige conocimientos de gramática.
El objetivo fundamental: acercar el diccionario a los hablantes. Ahora solo resta que los hablantes se acerquen al diccionario. Maite ya ha empezado. Les propongo que la sigamos, porque los diccionarios siempre nos reservan muchas sorpresas.
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