La influencia de una lengua sobre otra no se reduce al préstamo de palabras, aunque esta sea su consecuencia más llamativa. A veces llega más lejos y el influjo afecta incluso a las estructuras gramaticales.
El infinitivo es en español una forma no personal puesto que, a diferencia de las formas personales, no expresa quién realiza la acción a la que se refiere. Lo usamos para nombrar los verbos –y así decimos el verbo amar, el verbo leer o el verbo escribir- y también para formar las llamadas perífrasis verbales. Precisamente por tratarse de una forma no personal debemos ser muy cuidadosos a la hora de utilizarlo.
Estos últimos días he encontrado con frecuencia un calco gramatical que tiene como protagonista al infinitivo. Encontramos muchas veces la construcción sustantivo + a + infinitivo, como en *los materiales a utilizar
para la alfabetización o *el debate a celebrarse. La preposición a une el infinitivo al nombre reproduciendo una estructura propia del inglés. Si queremos redactar con corrección debemos esforzarnos por evitarla. ¿Cómo lo solucionamos? En español el complemento del nombre será una construcción introducida por el relativo que seguida de un verbo en forma nominal. Un buen hablante hablaría de los materiales que se utilizarán para alfabetizar o del debate que se celebrará.
La lengua nos es necesaria para desenvolvernos en todos los ámbitos de nuestra vida; la necesitamos para alfabetizar y para debatir. Continuemos preocupándonos por mejorar nuestra forma de usarla. Estoy segura de que los beneficios que conseguiremos bien valdrán el esfuerzo.
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