Muchos nos hemos incorporado a la marea de las redes sociales. Reconozco que resulta fácil caer en la tentación de expresarnos y comunicarnos con inmediatez. Los que disfrutamos hablando y escribiendo estamos de enhorabuena aunque, a veces, nos encontramos con la dificultad de adaptar el lenguaje tecnológico, cambiante y efímero como las nuevas tecnologías, a un uso respetuoso con nuestra lengua materna.
Las palabras siguen su curso y las Academias proponen las formas más adecuadas. Hace unas semanas me sumé a los usuarios de Twitter. Es una forma sencilla y ligera de proponer consejos útiles pero nos exige aprender nuevas palabras y su ortografía. Si lo que hacemos es mandar un mensaje a través de Twitter, estaremos tuiteando. Del verbo inglés to tweet se forma el español tuitear, siguiendo el modelo de otros verbos castellanos que se han formado a partir de verbos ingleses, terminados en consonante, a los que se le añade el español –ear. Recuerden que, en su día, tuvimos que aprender también a usar los escáneres, a escanear, a enviar escaneos.
Los tuiteos nos mantienen informados o comunicados. Para compartir los que nos parecen interesantes podemos optar por retuitearlos. Sin lugar a dudas soy una tuitera novata y no puedo disimular que estoy fiebrando. También con todas las voces de nueva creación. Los que ya son expertos en estas lides sabrán perdonarme. Me gusta ir con los tiempos y estar al día con las palabras correctas es una forma hermosa de mantenernos actualizados.
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