Pocas cosas quedan sin explicación en la
lengua. No hay nada como poder dar una razón clara cuando un hablante nos
plantea una duda.
Las palabras de una sola sílaba no llevan
tilde. La presencia o la ausencia de la tilde en español sirve para marcar cuál
es la sílaba tónica de una palabra y su uso deja de tener sentido cuando la
palabra es monosílaba.
Cuando utilizamos la tilde en las palabras de
una sola sílaba la justificación es otra. En estos casos la llamamos tilde
diacrítica porque nos sirve para diferenciar dos palabras distintas pero que
coinciden en su forma, aunque una de ellas es tónica y la otra no. En esta
situación se encuentran las parejas mí/mi
y sí/si.
Cuando mi
es el adjetivo posesivo (mi nombre, mi
apellido) o se trata del nombre de la nota musical no usamos la tilde; en
cambio, cuando se trata del pronombre personal mí la tilde diacrítica es obligatoria: Para mí es imprescindible el diccionario. Cuando si es el nombre de la nota musical (si bemol sostenido) o la conjunción
condicional (si tú me dices ven…) no
lleva tilde; sin embargo, el pronombre reflexivo (confía en sí misma) debe escribirse con tilde diacrítica. No
olvidemos que el pronombre ti no
necesita distinguirse de otra palabra con la misma forma, porque no la hay, y
que, por esta razón, no tenemos necesidad de colocarle la tilde.
Parece mentira que esa pequeña rayita inclinada
nos ayude tanto a leer y a entender lo que leemos y, además, a distinguir unas palabras
de otras, que nunca viene mal.
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