Nuestro mundo cambia, a veces aceleradamente. Estos
cambios se reflejan en la lengua y hacen imprescindibles las nuevas ediciones
de los diccionarios. La Real Academia suele hacerlas cada diez años.
Cuando
hablamos de una nueva edición de un diccionario lo que despierta mayor interés es
la incorporación de nuevas palabras. Si la selección de palabras está bien
hecha las nuevas incorporaciones nos sorprenden porque no podemos imaginar cómo
no estaban incluidas en la edición anterior.
La
tecnología aporta algunas voces que se han convertido en cotidianas. Hagamos un
repaso. El DRAE incorpora un artículo
dedicado a salvapantallas y a
sus dos acepciones: la lámina protectora de la pantalla y la imagen que se activa cuando no usamos la
computadora. Los SMS también han
entrado en diccionario académico (ahora que ya casi no los usamos). También
encontramos un artículo nuevo dedicado a USB
y un añadido en la entrada dedicada
a memoria para acoger a las memorias USB. El blog y los blogueros
han adquirido carta de naturaleza. A algunos nos gustaba la propuesta de usar
el hermoso patrimonial bitácora pero
debemos admitir que, al fin, usábamos siempre blog. Así mismo se ha
añadido la acepción informática de enlace
(‘conjunto de caracteres que se usa como dirección para acceder a más
información’) y se ha enmendado el artículo dedicado a sitio para que incluya sitio web.
Los omnipresentes teclados y
pantallas han cambiado nuestra forma de trabajar, de comunicarnos y, en
definitiva, de vivir. No es nada raro que transformen también nuestra forma de
hablar y escribir y, por lo tanto, nuestros diccionarios.
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