Una apetecible cerveza con giste. La fotografía es del excepcional Juan Ramón Peralta |
En mi caso esas anotaciones suelen
ser nocturnas. El momento no favorece la consulta inmediata así que lo más a
mano es el lápiz de carbón (o el lápiz electrónico, si el formato es digital).
Estos ratos de lectura producen a veces las listas de palabras más peregrinas.
Si no, miren a ver qué les parece este resultado.
¿Qué estaría leyendo cuando anoté
el sustantivo giste? Un país con
buena cerveza y que sabe apreciarla debería conocer esta palabra. A mí
personalmente, me gusta tomarla con su giste. Su etimología es, claro está, el
alemán Gischt. Giste es el término español para referirnos a la espuma de la
cerveza.
Coloquialmente
los llamamos con mucha más gracia animitas
o chiribitas pero el término culto es
fosfeno, palabra procedente del
griego para referirse, como leemos en el DRAE,
a la ‘sensación visual producida
por la excitación mecánica de la retina o por una presión sobre el globo
ocular’.
En
estos tiempos de calores tropicales algunos disfrutamos del aleteo de los
abanicos, los manuales en este caso. El sonido de sus varillas al abrirse y
cerrarse alivia casi tanto como el leve frescor que levanta su movimiento.
Pocos saben, y me incluyo, que la tela o el papel que cubre el varillaje se
denomina país: una acepción curiosa
de una palabra muy trillada.
Las
anotaciones de mis lecturas van llenando las árganas de palabras curiosas y
para todos los gustos. Quizás no vuelva a toparme con algunas de ellas; otras
tal vez empezarán a serme imprescindibles.
Con todas he aprendido a mirar la realidad desde más cerca.