lunes, 27 de diciembre de 2010

Propósitos de año nuevo

Esta columna de hoy es la última Eñe de 2010. En estos días solemos mirar atrás y analizar lo que ha sido el año que está a punto de terminar. Para la Academia ha sido un año intenso de trabajo y de resultados. Hemos presentado tres obras emblemáticas para el conocimiento y el estudio del español en todo el mundo: una  nueva gramática, el Diccionario académico de americanismos, y ahora la nueva ortografía académica, que nos mantendrá ocupados durante los próximos meses.

En estas fechas también acostumbramos a plantearnos nuestros propósitos para el nuevo año; y el nuevo año académico viene cargado de proyectos útiles para todos los hispanohablantes y para los que aspiran a serlo: una nueva edición del Diccionario de la Real Academia, y un nuevo diccionario escolar panhispánico, para que nuestros niños aprendan a usar el diccionario y a verlo como lo que debería ser el resto de sus vidas, un libro de cabecera.

Seguirá su curso, laborioso e incesante, el proyecto de la Academia Dominicana de la Lengua de elaborar un diccionario académico sobre el español dominicano, proyecto que tenemos entre manos y que cada día va tomando forma y personalidad con el apoyo inestimable de la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua. El trabajo ha sido y continuará siendo intenso. Nuestro objetivo es que todos estos resultados les sean de provecho y que contribuyan a transmitirles la pasión y la responsabilidad que nosotros sentimos por el español de todos.  

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Noches y días con nombre propio

La cultura occidental celebra con especial intensidad las fechas en las que nos encontramos. En ellas se conjugan tradiciones laicas y religiosas que nos acercan a la familia y los amigos y nos animan a plantearnos propósitos para el nuevo año y a olvidar los que nos propusimos el año pasado y aún no hemos cumplido. Todos nos renovamos con los que nacieron y morimos un poco con los que nos dejaron. Estas fiestas navideñas nos traen también sus palabras. Como todas las que se refieren a  festividades, ya sean religiosas o civiles, deben escribirse con inicial mayúscula.

El mes de diciembre tiene dos noches con personalidad y nombre propio: Nochebuena y Nochevieja.  Aunque en tiempos pasados solían escribirse como dos palabras independientes, la Academia recomienda la forma actual. Los días que les siguen, Navidad y Año Nuevo, no se quedan atrás. El significado de Navidad además se extiende al período de tiempo comprendido entre el día 25 de diciembre y el Día de Reyes, aunque en la República Dominicana llevemos ya, en su nombre, unas semanas de celebración anticipada, que nunca viene mal.

Fray Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias en 1527 habla de "la Nochebuena de Navidad", una de las primeras apariciones de esta hermosa palabra en un texto escrito en español. Probablemente las Navidades en esta isla han inspirado desde antaño sentimientos de alegría y buenas intenciones. Ojalá que las de este año cumplan con su cometido y nos hagan, aunque sea por unos días, un poco más felices y un poco mejores. 

martes, 14 de diciembre de 2010

Esto es lo que hay

Tengo que reconocer que el verbo haber acumula dificultades. El inconveniente más evidente es el ortográfico: la h y la b nos causan a veces sus problemitas. Sin embargo, los errores más frecuentes los encontramos, sin duda, en la utilización de haber en expresiones impersonales. En ellas haber expresa la presencia de aquello que indica el nombre que lo sigue en la oración. Por ejemplo: "hay café en la taza". En este uso, muy importante y aparentemente simple, hay dos escollos que repetimos una y otra vez pero que son muy fáciles de salvar.

El primer error consiste en hacer concordar en número el verbo con el sustantivo que lo sigue. Leemos y oímos muy a menudo, por ejemplo, "hubieron muchas personas que llegaron tarde", cuando lo correcto es "hubo muchas personas que llegaron tarde". Debemos mantener el verbo en singular puesto que el sustantivo que lo sigue no funciona como su sujeto sino como su complemento directo.

El segundo error, muy parecido al primero, lo cometen quienes utilizan haber con la primera o la segunda persona. Cuando de oraciones impersonales se trata, sólo debemos utilizar el verbo haber en las formas de la tercera persona del singular: hay, hubo, habrá, había, habría, haya hubiera, hubiese; por lo tanto, expresiones como "habemos muchos que llegamos a tiempo" son incorrectas y podemos evitarlas si prestamos un poco de atención. Ya sabemos que la expresión correcta, tanto oral como escrita, nos exige cuidado, pero también nos ayuda a comunicarnos mejor y habla bien de nosotros mismos.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Cementerio de palabras


 

    Las circunstancias sociales y económicas repercuten directamente en el idioma, aunque sus consecuencias se observen a largo plazo. El abandono político y económico del campo es una de estas circunstancias. La migración hacia los centros urbanos impuesta a los pobladores del medio rural tiene repercusiones evidentes en el habla popular. Los rasgos locales se ven cada día más amenazados de desaparición. Esta amenaza incide gravemente en el vocabulario campesino, tan rico en palabras tradicionales que nos hablan de flora y de fauna, de labranza y de ganado, de tierra al fin. Su riqueza está en las "palabras de noble solera", como escribió el insigne filólogo Rafael Lapesa.


 

El habla popular de las grandes ciudades, en cambio, es abundante en palabras fugaces, que no arraigan, tienen fecha de caducidad y perecen para ser cambiadas por otras, como casi todas nuestras cosas. El vocabulario culto se interpreta mal y su usa impropiamente con mucha frecuencia. Los préstamos extranjerizantes están a la orden del día. El lenguaje juvenil o las jergas de la delincuencia se imponen y se difunden con rapidez. Con la misma rapidez con la que se abandonan porque pasan rápidamente de moda.


 

Este contraste entre las hablas populares rurales y las urbanas se da allí donde se habla español y, probablemente, allí donde se hablan todas las lenguas. El desarrollo del campo y de sus gentes paliará la migración forzosa y la aculturación y nos ayudará a acercarnos a todos a nuestras raíces. Nuestro alejamiento del campo nos convierte en vulnerables estatuas con pies de barro y a nuestra lengua en un cementerio de palabras.

Renunciar a la imaginación


 

    Oí en estos días en la radio un comentario de una pareja de jóvenes locutores que me preocupó por lo que supone de renuncia al ejercicio de la propia imaginación, rasgo que, como pocos, nos define como seres humanos. Cuando una obra literaria es adaptada como guión cinematográfico es habitual oír a la gente decir que esperará a la película para no leer el libro. El escasísimo hábito de lectura que se ha impuesto entre nosotros provoca que este tipo de afirmaciones haya dejado de sorprendernos. Sin embargo, el comentario de los jóvenes locutores iba mucho más allá. Según ellos un lector nunca podría llegar a imaginarse solo, y sólo con la lectura, lo que veía plasmado en la pantalla de cine.


 

    No me extraña que estos jóvenes no lean mucho. Han perdido la capacidad y han renunciado al placer de ejercer su propia imaginación a partir de un texto escrito. El poder evocador de la palabra escrita, en el que se basan la grandeza y el misterio de la literatura, pierde su fuerza cuando los lectores dejan de imaginar por ellos mismos y se limitan a imaginar por "cabeza ajena". Algunas personas que se han visto privadas de la libertad se aferran al pensamiento y la imaginación como únicos derechos de los que no pueden ser despojados. Otras, como estos jóvenes, renuncian a ambos por simple pereza o incapacidad. Una periodista amiga me escribía hace unos días sobre un interesante consejo que había leído en la red para los que prefieren esperar a la película: no esperen más para consultar el diccionario: no será el guión de ninguna película.

sábado, 27 de noviembre de 2010

ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA

CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Fundada el 12 de octubre de 1927

"La Lengua es la Patria"

Santo Domingo, República Dominicana


 

   La Tertulia Literaria "Letras de la Academia"

 
 

 http://tertulialetrasdelaacademia.blogspot.com 

 
 

 se complace en invitarle

a la

Conferencia

 
 

"EL  DICCIONARIO  Y  SU  USO  MULTIPLE"

que dictará


 

MARÍA JOSÉ RINCÓN GONZÁLEZ

Licenciada en filóloga hispánica, especialista en Español de América,
 investigadora y  Miembro de Número de la Academia de la Lengua





Fecha: sábado, 4 de diciembre de 2010
Hora: 5:00 p.m.
Lugar: Academia Dominicana de la Lengua
Calle Mercedes # 204
Ciudad Colonial, Santo Domingo
República Dominicana



CURRICULUM MARÍA JOSÉ RINCÓN GONZÁLEZ



María José se licenció en Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla, España, con una especialidad en Español de América. Reside en Santo Domingo desde 1992, donde desarrolla su actividad profesional, y se dedica al estudio y la investigación de las variedades atlánticas del español, especialmente del español dominicano.

Sus últimos trabajos de investigación abarcan la antroponimia dominicana, histórica y sincrónica, además de la lexicografía. Fue elegida miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua en 2009; desde entonces coordina la Tertulia Lingüística El ánfora de las palabras. Esta actividad da cita en la Academia a los interesados en los temas lingüísticos en torno a la intervención de un intelectual relevante en el ámbito dominicano.

Coordinó el equipo lexicográfico académico que participó en la elaboración de la segunda edición del Diccionario Didáctico Avanzado de la editorial SM. Ha colaborado con la Academia en la revisión de los materiales léxicos destinados al Diccionario de Americanismos y a la nueva edición del Diccionario de la lengua de la RAE.

Tiene a su cargo la columna periodística de publicación semanal "Eñe. Voces del español", espacio dedicado a tratar temas de interés relacionados con el español con el objetivo de defender y difundir el uso correcto de nuestra lengua entre los dominicanos.

Es autora, a partir de una iniciativa de Bruno Rosario Candelier, del proyecto de construcción de un nuevo diccionario del español dominicano. En la fase de preparación, impartió un taller práctico para académicos con la finalidad de formarlos en las técnicas lexicográficas. Ha diseñado la planta de la nueva obra y, con el auspicio de la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua, coordina el equipo de trabajo que labora en la primera fase de este proyecto lexicográfico. En junio de 2010 ha sido elegida miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua.


jueves, 18 de noviembre de 2010

Bruno Rosario Candelier


 

LA MÍSTICA EN AMÉRICA

Contemplación, Poesía y Espiritualidad


 


 

Presentarán la obra

Manuel Matos Moquete y Ofelia Berrido,

Académicos de la Lengua.


 

Martes 23 de noviembre de 2010

5:00 p.m.

Casa de las Academias

Calle Mercedes No. 204

Ciudad Colonial, Santo Domingo.


 


  1.  


     

    C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial, Santo Domingo, República Dominicana.

    Fono fax: 809-687-9197 acadom2003@hotmail.com
    http://www.academia.org.do

lunes, 15 de noviembre de 2010

Nueva ortografía para todos


 

El anuncio de la inminente ratificación y publicación de una nueva edición de la Ortografía de la lengua española está suscitando mucho interés entre los hablantes. A los que nos dedicamos al estudio y a la difusión de la lengua española nos encanta comprobar que se le dedica atención por parte de los medios de comunicación, una atención que no suele ser muy habitual.


 

Como casi siempre, las decisiones y las sugerencias de la Academia o, como en este caso, de la Asociación de Academias de la lengua española, provocarán adhesión, controversia o rechazo pero nos pondrán a pensar, al menos durante unos días, en el uso correcto de nuestra lengua materna.


 

Lo lamentable es que esta atención con toda probabilidad se limitará a la inmediata novedad mediática. El logro verdaderamente trascendente para todos los que hablamos español sería que esta nueva normativa ortográfica se leyera con curiosidad, se estudiara con interés y se aplicara con dedicación en nuestro uso cotidiano del idioma. Con toda seguridad las nuevas normas ortográficas darán mucho que escribir para próximas EÑES. Todos tendremos que familiarizarnos con ellas y que irlas entendiendo poco a poco. Preveo que 2011 va a ser un "año ortográfico".


 

Cuando dispongamos de la obra académica podremos opinar sobre las nuevas disposiciones. Nos sorprenderán unas veces y nos contrariarán otras tantas; pero, al fin, seremos nosotros, los hablantes, y sólo nosotros, los que tendremos, y nunca mejor dicho, la última palabra.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Una letra antigua


 

La celebración del bicentenario de la independencia de México nos ha traído la presencia habitual de nuestro país hermano. La actualidad deportiva nos ha acercado al equipo de beisbol del sureño estado de Texas. México y Texas comparten, además de frontera física, una pequeña letra. La x en estos topónimos refleja un antiguo estado de la lengua. Es un arcaísmo que se mantiene en los nombres de lugares que, como escribí en alguna ocasión, son fósiles del idioma.


 

Los mejicanos han querido para su país el nombre de México. Por respeto a esta decisión, se ha generalizado su uso. Pero no debemos olvidar que este topónimo, y todas las palabras que derivan de él, pueden escribirse correctamente con x o con j. Así tendremos mejicanos, mejicanismos y mejicanistas, y sus correspondientes con x. Sólo hay que prestar atención a un pequeño detalle: se escriba con x o con j siempre se pronuncia con j. Esto se explica porque la letra x se usaba en el siglo XV para representar este sonido.


 

El mismo caso encontramos en Tejas y sus correspondientes derivados. Se trata de un topónimo de origen español de la misma época en que la x todavía representaba el sonido j. En este caso, Texas es el nombre en inglés y lo correcto en español es escribirlo y pronunciarlo Tejas, así como su adjetivo derivado tejano.


 

Recuerdo como, hace ya dieciocho años, el pabellón que representó a México en la Exposición universal de Sevilla era una inmensa letra X en la que cabía toda la cultura y la tradición mejicanas. Una imagen hermosa que podemos extrapolar a nuestra lengua.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Con propiedad

    La corrección lingüística no depende exclusivamente de una buena ortografía o de una buena redacción. A estas habilidades hay que añadirles acierto al escoger las palabras que expresen lo más certeramente posible lo que queremos decir. Se trata de una destreza léxica que conocemos como propiedad. El hablante que sabe expresarse con propiedad elige una palabra que transmite en todos sus matices significativos la idea que quiere comunicar. Las condiciones imprescindibles para la propiedad léxica son la amplitud de vocabulario, tanto activo como pasivo, y el conocimiento de los rasgos de uso y de significado de cada palabra.

    Veámoslo con ejemplos. Encontramos con frecuencia el adjetivo abrumador aplicado a sustantivos que tienen un matiz positivo. Leemos a menudo sobre victorias o éxitos abrumadores. Sin embargo, abrumador significaba originalmente 'que producía agobio, tedio o hastío' y aportaba un matiz negativo que no casa con los matices positivos de las victorias o los éxitos.

    Cuántas veces habremos oído que un representante político o una autoridad religiosa dirigen una alocución a sus seguidores. El sustantivo alocución significa según el DRAE 'discurso breve dirigido por un superior a sus inferiores, a sus secuaces o súbditos'. Lleva en sí también un matiz negativo que impide que pueda usarse en lugar de sermón o de discurso. Ojo con lo que decimos porque, sin darnos cuenta, habremos transformado en secuaces a todo un auditorio que pudiera ser, o parecer, de lo más respetable.

lunes, 18 de octubre de 2010

lluvia de porqués

http://www.diariolibre.com/noticias_det.php?id=264825

Invitación al III Congreso Internacional del Interiorismo


 

Cuento con su asistencia al III Congreso Internacional del Interiorismo

Se celebra en el salón de actos de Funglode y la asistencia es gratuita


 

ATENEO INSULAR INTERNACIONAL

CORRESPONDIENTE DEL MOVIMIENTO INTERIORISTA

"Hacia el vínculo trascendente de las letras"

Fundado el 28 de julio de 1990

Moca, República Dominicana

Tercer Congreso Internacional del Interiorismo

Tema: El Interiorismo para una nueva sensibilidad estética


 

Viernes 22 y sábado 23 de octubre de 2010

FUNGLODE-Santo Domingo, República Dominicana

Responsables: Bruno Rosario Candelier y Ofelia Berrido

ateneoinsular@hotmail.com; ofeliaberrido@gmail.com


 


 

PROGRAMA:


 

Viernes 22 de octubre de 2010


 


FUNGLODE- Salón de Conferencias

(Sesión matinal: 9:00 am-12:45 pm)

Conductora: Yanela Hernández


 

9:00 - 9:30 am Sesión Inaugural


 

9:30 -10:30 am
-Dr. Bruno Rosario Candelier (Presidente del Ateneo Insular Internacional, Director de la Academia Dominicana de la Lengua): "Fundamento Estético del Interiorismo"


 

10:30- 11:30 pm - Pbro. Tulio Cordero: (Provincial de los Paúles, Coordinador del Grupo "Francisco Matos Paoli", del Ateneo Insular en Puerto Rico): "El punto de vista interior"


 

11:30-11:45 am
- Receso y café


 

11: 45- 12:15 am
-Carmen Pérez Valerio (Dirigente Nacional, Miembro de la Comisión Intelectual, República Dominicana): "La realidad interior y la creación"


 

12:15 – 12:45 am -Sesión de preguntas y respuestas


 

12:45- 2:15 pm -Almuerzo

(Sesión vespertina: 2:15- 5:30 pm)


 

2:15-2:45 pm -María José Rincón (Miembro del Ateneo, España): "El lenguaje interiorista"


 

2:45-3:45 -José Nicás (Coordinador del Grupo Literario del Ateneo Insular en

San Lorenzo del Escorial, Madrid, España): "Poetas interioristas españoles"


 

2:45– 3:15 pm -Fari Rosario (De la Comisión Intelectual, Moca, República Dominicana)

"Antecedentes filosóficos del Interiorismo"


 

3:15- 3:30 pm -Preguntas y respuestas


 

3:30 –3:45 pm -RECESO - REFRIGERIO


 

3:45- 4:45 pm -Mesa redonda sobre el Interiorismo:

  • Carmen Pérez Valerio- Dirigente Nacional, Miembro de la Comisión Intelectual, Santiago
  • Henry Santos Lora- Dirigente Nacional, La Vega
  • Ramón Antonio Jiménez – Dirigente Nacional, San Francisco de Macorís
  • Melania Rondón- Miembro, Santo Domingo
  • Eduardo Gautreau de Windt- Dirigente Nacional, Santo Domingo
  • Roberto José Adames-Dirigente, San José de las Matas

Coordinador: Miguel Solano -Dirigente Nacional, Santo Domingo


 

 4:45- 5:00 pm -Preguntas y respuestas


 

5:00- 5:30 pm -Fausto Leonardo Henríquez (República Dominicana - Residente español):

De la Comisión Intelectual: "La imagen interiorista en la creación poética"

(Presentación digital, especial para el Congreso)


 

5:30 pm Cierre del día


 


 


 


 

Sábado 23 DE OCTUBRE


 

SESIÓN MATINAL, 9:00-12:00 m


 

9:00-9:45 am -Teodoro Rubio (Coordinador del Grupo "Gerardo Diego" del Ateneo Insular en Madrid, España): "La mística en la visión interiorista"


 

9:45-
10:30am -Pedro José Gris (Dirigente Nacional y Miembro de la Comisión Intelectual, ´ Santiago, República Dominicana): "La dimensión filosófica del Interiorismo"


 

 10:30 - 10:45 am -Receso –refrigerio


 

10:45 - 11:15 am -Ofelia Berrido (Miembro de la Comisión Intelectual, Santo Domingo):

"La narrativa interiorista"


 

11:15- 11:45 p.m. -Sesión de preguntas y respuestas


 

11:45 – 1:00 pm - Almuerzo


 


 


 


 


 

SESIÓN VESPERTINA 2:00 -5:00 pm

 
 

2:00- 2:30 pm -Gahston Saint-Fleur (Miembro de la Comisión Intelectual, Haití)


"Visión numénica del Interiorismo"


 

2:30 - 3:00 pm
-Guillermo Pérez Castillo (De la Comisión Intelectual, Puerto Plata):

"Orientación estética del Interiorismo"


 

3:00- 3:45 -Mesa redonda sobre la Estética del Interiorismo:

  • Pedro José Gris- Miembro Fundador, Dirigente Nacional y

Miembro de la Comisión Intelectual

  • Noé Zayas- Miembro de la Comisión Intelectual,

    San Francisco de Macorís

  • Arsenio Díaz- Dirigente Nacional, Puerto Plata
  • Rafael Hernández, Dirigente Nacional, La Vega
  • Ángel Rivera Juliao- Miembro, Montecristi


     

Coordinador: Manuel Salvador Gautier (Miembro de la Comisión
Intelectual)


 

3:45-4:00- pm -Receso y refrigerio


 

4:00-4:30 pm -Sélvido Candelaria (Dirigente Nacional, Miches)


"Vivencia en los encuentros interioristas"


 

4:30-4:45 pm -Preguntas y respuestas


 

4:45- 5:00 pm -Música de despedida- Cierre  

lunes, 27 de septiembre de 2010

La Wikilengua: "ciberplaza mayor" del español

Taller de creación literaria impartido por Bruno Rosario Candelier

Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua, dictará un TALLER DE CREACIÓN LITERARIA en el local de Funglode, en la capital dominicana todos los martes del próximo mes de octubre, en horario de 3.00 a 5.00pm. Este taller está concebido para dotar al creador literario de una base teórica sobre literatura.

Una oportunidad inmejorable para aprender a crear con las palabras.

Aniversario de la Academia Dominicana de la Lengua

La Academia Dominicana de la lengua celebra un año más su aniversario los días 12 y 13 de octubre con nuestro "Coloquio de la lengua", encuentro de nuestros académicos para tratar temas relacionados con la lengua y los linguistas. Cuento con su participación y su asistencia.
MARTES 12 DE OCTUBRE, 7:00pm


Bruno Rosario Candelier: "El logos en Heráclito".

Federico Henríquez Gratereaux: "El pensamiento y la palabra en José Ortega y Gasset".

María José Rincón: "Visión de la lengua en Rafael Lapesa".
MIÉRCOLES 13 DE OCTUBRE, 9:00am

Rafael González Tirado: "El concepto lingüístico en Andrés Bello".

Manuel Núñez Asencio: "La reflexión del lenguaje en Rufino José Cuervo".

Ramón Emilio Reyes: Lenguaje y estilística en Dámaso Alonso".

Manuel Matos Moquete: "El uso de la lengua en Miguel Antonio Caro".
Irene Pérez Guerra: "La lingüística de André Martinet".
Ana Margarita Haché: "El concepto del lenguaje en Noam Chomsky".

José Enrique García: "Lenguaje y visión poética en Carlos Bousoño".



C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial, Santo Domingo, República Dominicana.

Fonofax: 809-687-9197 http://www.academia.org.do/

Sopa de tildes: primer plato

eñe - Voces del español - DiarioLibre.com

lunes, 31 de mayo de 2010

Les propongo un refrescante video

La experiencia book

eñe -¿Quién dijo miedo? - DiarioLibre.com

eñe -¿Quién dijo miedo? - DiarioLibre.com

Con el acento en nuestras madres. Publicado en el suplemento especial de Diario Libre del 25.05.2010

        Un año más vuelve el mes de mayo y con él llega la celebración del día de la Madre. Como muchas otras fechas, muy explotadas por motivos comerciales, tiene en su origen una motivación noble. Nunca está de más recordar y recordarles cuánto las queremos, cuánto las necesitamos y cuánto les debemos.

    Para la mayoría de nosotros la figura materna evoca una infancia de cuentos y canciones, de buenos sabores y de buenos olores, de caricias y de alguna que otra reprimenda. De sus labios aprendemos las primeras palabras y su acento nos introduce en el universo de nuestra lengua. Hay estudios recientes que indican que los recién nacidos reproducen en sus llantos características sonoras del idioma que escucharon ya desde el vientre materno. Es por esa razón por la que llamamos materna a la lengua con la que empezamos a aprender y a conocer el mundo. La expresión lengua materna no se opone a la expresión lengua paterna, sino a lengua extranjera o a segunda lengua. Nuestra aspiración es que el papel que desempeñan los padres en la transmisión de los conocimientos lingüísticos en los primeros años de la vida sea cada vez mayor; esta implicación creciente en la crianza y en la educación de los hijos, habitualmente reservadas a la madre, logrará un protagonismo compartido para ambos progenitores.

    La palabra madre, como la mayoría de las de nuestra lengua, deriva del latín, lengua madre del español y de la familia de las lenguas romances, como el francés, el italiano, el rumano, el catalán, el gallego o el portugués. El tierno mama, que ya ha quedado relegado a zonas rurales, pasa a pronunciarse mamá gracias a la influencia que el francés ejerció en el español en el siglo XVIII. La dominicana mai es en su origen un portuguesismo. Distintos miembros de una misma familia.

    En el español americano mami o mamita dejan de designar a la madre cuando se usan para dirigirse a la novia o a la esposa en una expresión afectuosa; o cuando salen a pie de calle, junto con las mamacitas, mamazotas o mamichulas, para referirse a una mujer atractiva. Algún día tendremos que analizar detenidamente este deslizamiento del significado de un término que todos sentimos tan cercano.     

    Como si de una verdadera madre se tratara, de la palabra madre han surgido nuevos significados y también nuevas palabras. Está en el origen de las madrastras, de las madrinas y de las matronas, del madrinazgo y del matrimonio, de las comadres y del comadreo. A la universidad la conocemos como la alma máter, expresión latina que significa 'madre nutricia', que nos recuerda metafóricamente su función como madre proveedora de alimento para la inteligencia.

    

    Les debemos a nuestras madres, entre otras muchas cosas, el respeto por el valioso legado que nos transmitieron palabra a palabra. Empezamos a reconocer su dificultad y su grandeza cuando nos toca ser madres y heredamos la hermosa responsabilidad de enseñar a hablar a nuestros hijos.

domingo, 16 de mayo de 2010

El lenguaje del teatro: Franklin Domínguez

ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA

CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Fundada el 12 de octubre de 1927

"La Lengua es la Patria"

Santo Domingo, República Dominicana


 


 

    

INVITACIÓN


 


 


 

La Academia Dominicana de la Lengua se complace en invitarle a la presentación de la conferencia "El lenguaje del teatro", que dictará el Dr. Franklin Domínguez, en el marco de la Tertulia Lingüística de la Academia, coordinada por la Licda. María José Rincón.


 


 

El acto lingüístico se realizará en la Casa de las Academias, el miércoles 19 de mayo de 2010, a las cinco de la tarde.


 

En espera de su amable presencia, le saluda cordialmente,


 


 

Dr. Bruno Rosario Candelier

Director.-


 


 

Lugar: C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial

Día: Miércoles 19 de mayo de 2010.

Hora: 5:00 p. m.


Página de la Tertulia: www.elanforadelaspalabras.blogspot.com


 


 

Dirección:

Casa de las Academias

C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial, Santo Domingo, República Dominicana.

Tel. 809-687-9197 <acadom2003@hotmail.com>, http://www.academia.org.do

lunes, 10 de mayo de 2010

Cita con Gabriela Mistral en la Academia

ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA

CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Fundada el 12 de octubre de 1927

"La Lengua es la Patria"

Santo Domingo, República Dominicana

 
 

INVITACIÓN

 
 

   La Academia Dominicana de la Lengua se complace en invitarle a la presentación del libro Antología literaria de Gabriela Mistral.

   Hablarán Ruth Herrera, con "Datos de la edición"; Ofelia Berrido, con "Semblanza biográfica de Gabriela Mistral"; Bruno Rosario Candelier, con "La dimensión interna y mística en la poesía de Gabriela Mistral".

   El  acto literario se realizará en la sede de nuestra Corporación, el martes 11 de mayo de 2010, a las cinco de la tarde. La obra de Gabriela Mistral enriquece la hermosa tradición literaria de la lengua española en América.

   En espera de su amable presencia, le saluda cordialmente,

 
 

Dr. Bruno Rosario Candelier

Director.-

 
 

Lugar: C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial

Día:      Martes 11 de mayo 2010.

Hora:   5:00 p. m. 

                                                                                                                                                                          
 

Casa de las Academias, C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial

Santo Domingo, República Dominicana

<acadom2003@hotmail.com>

Fonofax: 809-687-9197.

 
 

miércoles, 5 de mayo de 2010

Nuestro nuevo diccionario: el Diccionario de americanismos

    Ante el soberbio edificio de este nuevo diccionario académico, el Diccionario de americanismos, me ha tocado a mí en suerte referirme a su planta. Del mismo modo que, ante una espléndida obra arquitectónica, nuestros pensamientos se remiten a los diseños de los planos que le sirvieron de soporte y guía, ante esta obra lexicográfica, que ocupa ya un lugar primordial en la historia de la lexicografía hispánica, nos planteamos cuáles han sido las directrices fundamentales que han ayudado a construirla y que serán esenciales a la hora de que sus lectores, o como se les llama en la introducción, sus consultores le puedan extraer el máximo rendimiento.

    Los candidatos a consultores de este nuevo diccionario somos nación. Los hablantes de cualquiera de las variedades del español de América conoceremos mejor nuestra propia idiosincrasia lingüística; los lectores de la pujante literatura hispanoamericana agradeceremos su ayuda para el disfrute y la interpretación de textos teñidos de las peculiaridades léxicas americanas; los interesados en el español como segunda lengua encontrarán en él el complemento de consulta imprescindible al tradicional diccionario académico. No dudo de que va a convertirse en un instrumento de gran utilidad para la descodificación de textos orales y escritos pertenecientes al español americano.

    Porque esta es su gran razón de ser, lo que identifica y le da personalidad a la obra que hoy ponen en nuestras manos las Academias. Estamos ante un diccionario dialectal del español de América, un español de América que supone la población y la extensión territorial mayoritaria de los hablantes de español como lengua materna, desde Tierra del Fuego en el sur del continente, al gigante estadounidense, hoy por hoy el segundo país hispanohablante del mundo. El punto de referencia y de contraste de uso lo constituye el español general, el léxico español compartido por todos los que hablamos en nuestra lengua, y que representa más del 80 por ciento de nuestro vocabulario. Se conjura así la crítica que habitualmente enfrentan las obras académicas acerca de su eurocentrismo.

    La creación de las academias americanas de la lengua española, a finales del siglo XX y principios del XX, está en el germen de este diccionario. Sus aportaciones lexicográficas, de primera mano, sobre el uso y la difusión real de cada vocablo en sus respectivos países acortó la brecha de conocimiento mutuo existente entre las dos orillas del español. De ese acercamiento inicial, de ese viaje de ida y vuelta, nació la idea de esta obra; pero los azares que siempre presiden la historia, también la historia de las lenguas, provocaron que fuera el Diccionario de la lengua española de la Real Academia la primera obra que se enriqueció con esta colaboración panhispánica. Tras años de esfuerzo, el trabajo mancomunado de todas las academias ha logrado finalmente que el proyecto del Diccionario de Americanismos arribara a buen puerto.

    Hablemos del diccionario. Empecemos por lo que está en el diccionario pero no es diccionario propiamente dicho. El primer paso, como lectores, si queremos sacarle el máximo partido, es la lectura detenida de las instrucciones de uso. En este caso, de la "Guía del consultor", que recorre las características generales de la obra y hace un repaso intenso y extenso por su planta, diseñada por Humberto López Morales, desde sus características generales, pasando por su macroestructura, hasta describir detenidamente su compleja microestructura.

    Si nos trasladamos al final de la obra, una vez pasado el cuerpo del diccionario, nos encontramos con un índice y una colección de apéndices que completan la macroestructura de la obra y descargan su microestructura. La sorpresa del "Índice sinonímico" nos habla a primera vista de la capacidad de que disponemos los hispanohablantes para la creatividad léxica. Si los sinónimos registrados de una palabra no llegan a 10, éstos se incluyen al final de su correspondiente artículo lexicográfico. Pero si su número supera los 10, éstos pasan a formar parte del Índice sinonímico, desde los 142 sinónimos dedicados al vocablo amigo a los 253 del lema niño, a. No me he atrevido a contabilizar los sinónimos de los nombres o adjetivos despectivos, que tanta creatividad provocan entre los hablantes. El índice de sinónimos se completa con dos apéndice dedicados a recopilar las denominaciones de las etnias y de las lenguas indígenas vivas de Hispanoamérica; un apéndice registra los gentilicios americanos, organizados por países; dentro de éstos se registran provincias, ciudades importantes, gentilicios regionales y suprarregionales y los gentilicios dedicados a los extranjeros. Estas relaciones se completan con la dedicada a los hipocorísticos y las siglas hispanoamericanas de mayor uso así como a la nomenclatura institucional de cada país.

    No podrá achacársele a esta obra lo que habitualmente se critica, por desconocimiento, a los diccionarios académicos. La Asociación de Academias ha diseñado un diccionario descriptivo, que pretende registrar todo el léxico en uso en las variedades americanas del español; no se veta, en esta ocasión, la entrada en sus páginas de los neologismos, de los extranjerismos o de las palabras consideradas malsonantes, vulgares u ofensivas. Vean como el escritor dominicano César Nicolás Penson criticaba en 1889 el diccionario académico en su relato costumbrista "El juego de San Andrés": "Individuo había de tan recias pulgas que, acaso en el acto de pillárselas en el cuerpo y enfriándole la voluntad un soberano chisquetazo, arremetía furioso a una franca, a un viejo machete de cabo, a una escopeta o carabina y saliese tras los burladores echando todas las pestes que por corteses no han podido transigir con el diccionario ni aún tan siquiera con el de la Academia, por ser el más malo de todos". Se sentiría satisfecho el escritor dominicano y es posible que hasta templara un tanto sus críticas.

    El sistema de marcas es muy completo y resulta una herramienta imprescindible cuando nuestro objeto de estudio es la lengua de una inmensa comunidad lingüística, tanto en lo territorial como en lo humano. Conocemos como marcas a las abreviaturas que se incluyen en los artículos lexicográficos, normalmente a continuación del lema, con el objetivo de aportar información pertinente acerca de las condiciones de uso de cada voz. A pesar de que habitualmente las pasamos por alto, les aconsejo que no desaprovechen el valioso caudal de información que en este diccionario se nos aporta a través de las marcas.

    Encontraremos que cada lema, y si es necesario, cada acepción, va acompañado de una marca diatópica, hasta veinte marcas distintas. Estas marcas, expresadas en abreviatura, registran la distribución geográfica de la palabra, de norte a sur y de oeste a este, en el continente americano. De esta forma sabremos en qué lugares de América se usa cada voz y cada una de sus distintas acepciones.

    Como materia viva y en constante cambio, la lengua, y especialmente el léxico, refleja el paso del tiempo. El diccionario nos ayuda a orientarnos temporalmente acerca de la vigencia de cada vocablo. Gracias a las marcas de frecuencia de uso sabremos si la palabra definida puede utilizarse sin ninguna restricción o si, por el contrario, es poco usada u obsolescente.

    Muy valiosa resulta la información sociolingüística. Con estas indicaciones, colocadas después de cada definición, sabremos si la palabra en cuestión es propia de un grupo determinado de hablantes y, por lo tanto, puede considerarse como perteneciente al registro estudiantil, policial o delincuencial, por poner sólo tres ejemplos. Si nos detenemos con la suficiente atención, y conociendo las instrucciones de uso, podremos conocer la valoración social, positiva, negativa o neutra, que la comunidad hace de determinados vocablos; desde la valoración más prestigiosa, hasta la consideración de una expresión como vulgar o, incluso, como tabú. Sabremos además si la palabra consultada es propia de un estrato social determinado, culto o popular, y si la elegimos, o la eligen en cualquier país americano, en situaciones comunicativas esmeradas, que exigen un cierto cuidado en la expresión, o en situaciones comunicativas espontáneas o coloquiales.     Pero esto no es todo. Se incluyen además marcas pragmáticas. Con este tipo de marcas podremos acercarnos a la intención comunicativa del hablante, desde la expresión afectuosa, pasando por la festiva o hiperbólica, hasta llegar a la despectiva.

    Mi pretensión con este repaso por el sistema de marcas del Diccionario de Americanismos no es otra que animarlos a que saquen el máximo partido de una obra que está diseñada y elaborada para ustedes, para su uso y consulta. En alguna ocasión en que he hablado de diccionarios he recordado las palabras del lexicógrafo Manuel Seco, un maestro en el difícil arte y oficio de hacer diccionarios, cuando afirmaba que nuestra infrautilización del diccionario es equiparable a disponer de las obras completas de William Shakespeare y usarlas para calzar un sillón que no asienta bien.

    Si hay una obra de cabecera por definición, esa debería ser el diccionario. Porque el diccionario nos abre las puertas de las palabras, que en una expresión muy literaria y muy cinematográfica, son la materia de la que están hechos los sueños, nuestros sueños, y también nuestras realidades.

    Escribía Charles Bally, un lingüista suizo, discípulo de Ferdinand de Saussure, que "El lenguaje natural, ese que todos hablamos, no está al servicio ni de la razón pura ni del arte; no apunta a un ideal lógico ni a un ideal literario; su función primordial y constante no es la de construir silogismos, ni la de redondear periodos, ni la de plegarse a las leyes del alejandrino. El lenguaje está simplemente al servicio de la vida, y no de la vida de unos pocos, sino de la de todos […]". Decía al comienzo que hoy las Academias de la lengua española ponen en nuestras manos este diccionario, y fíjense bien que digo en nuestras manos, no como adorno en nuestros libreros. Propongo que nos hagamos eco de las palabras de Charles Bally y pongamos esta nueva obra académica al servicio de nuestra vida.

lunes, 26 de abril de 2010

Nuestro Diccionario de americanismos

ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA

CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Fundada el 12 de octubre de 1927

"La Lengua es la Patria"

Santo Domingo, República Dominicana


 

INVITACIÓN


 

La Academia Dominicana de la Lengua y la Editorial Alfaguara se complacen en invitarle a la presentación del Diccionario de Americanismos.  

   Este nuevo Diccionario es una publicación de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.

  Participarán en este evento, en representación de Alfaguara, Ruth Herrera, con "Palabras en nombre de  la Editorial"; María José Rincón, con "La labor lexicográfica en la confección del diccionario"; Ramón Emilio Reyes, con "El aporte dominicano al nuevo diccionario" y Bruno Rosario Candelier, con "Atributos del Diccionario de Americanismos".

   Este  acto lingüístico se realizará en la sede de nuestra Corporación el jueves 29 de abril de 2010, a las cinco de la tarde.

   En espera de su amable presencia, le saluda cordialmente,


 

Dr. Bruno Rosario Candelier

Director.-

Lugar: C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial

Día:      Jueves 29 de abril de 2010.

Hora:   5:00 p.


 


 

Casa de las Academias, C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial

Santo Domingo, República Dominicana

<acadom2003@hotmail.com>

Fonofax: 809-687-9197.

eñe - Voces del español - DiarioLibre.com

eñe - Voces del español - DiarioLibre.com

sábado, 20 de marzo de 2010

El Diccionario Panhispánico de Dudas es un buen punto de partida para analizar el género gramatical

género1. Esta palabra tiene en español los sentidos generales de 'conjunto de seres u objetos establecido en función de características comunes' y 'clase o estilo': «El citado autor [...] ha clasificado los anuncios por géneros» (Díaz Radio [Esp. 1992]); «Ese género de vida puede incluso agredir a su salud mental» (Grande Fábula [Esp. 1991]). En gramática significa 'propiedad de los sustantivos y de algunos pronombres por la cual se clasifican en masculinos, femeninos y, en algunas lenguas, también en neutros': «El pronombre él, por ejemplo, indica género masculino» (Casares Lexicografía [Esp. 1950]). Para designar la condición orgánica, biológica, por la cual los seres vivos son masculinos o femeninos, debe emplearse el término sexo:
«En el mismo estudio, las personas de sexo femenino adoptaban una conducta diferente» (Barrera/Kerdel Adolescente [Ven. 1976]). Por tanto, las palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen sexo (y no género). No obstante, en los años setenta del siglo xx, con el auge de los estudios feministas, se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término género (ingl. gender) con un sentido técnico específico, que se ha extendido a otras lenguas, entre ellas el español. Así pues, en la teoría feminista, mientras con la voz sexo se designa una categoría meramente orgánica, biológica, con el término género se alude a una categoría sociocultural que implica diferencias o desigualdades de índole social, económica, política, laboral, etc. Es en este sentido en el que cabe interpretar expresiones como estudios de género, discriminación de género, violencia de género, etc. Dentro del ámbito específico de los estudios sociológicos, esta distinción puede resultar útil e, incluso, necesaria. Es inadmisible, sin embargo, el empleo de la palabra género sin este sentido técnico preciso, como mero sinónimo de sexo, según se ve en los ejemplos siguientes: «El sistema justo sería aquel que no asigna premios ni castigos en razón de criterios moralmente irrelevantes (la raza, la clase social, el género de cada persona)» (País@[Esp.] 28.11.02); «Los mandos medios de las compañías suelen ver como sus propios ingresos dependen en gran medida de la diversidad étnica y de género que se da en su plantilla» (Mundo [Esp.] 15.1.95); en ambos casos debió decirse sexo, y no género. Para las expresiones discriminación de género y violencia de género existen alternativas como discriminación o violencia por razón de sexo, discriminación o violencia contra las mujeres,
violencia doméstica, violencia de pareja o similares.


 

Diccionario panhispánico de dudas ©2005
Real Academia Española © Todos los derechos reservados


 


 


 

género2. 1. Los sustantivos en español pueden ser masculinos o femeninos. Cuando el sustantivo designa seres animados, lo más habitual es que exista una forma específica para cada uno de los dos géneros gramaticales, en correspondencia con la distinción biológica de sexos, bien por el uso de desinencias o sufijos distintivos de género añadidos a una misma raíz, como ocurre en gato/gata, profesor/profesora,
nene/nena, conde/condesa, zar/zarina; bien por el uso de palabras de distinta raíz según el sexo del referente (heteronimia), como ocurre en hombre/mujer, caballo/yegua, yerno/nuera; no obstante, son muchos los casos en que existe una forma única, válida para referirse a seres de uno u otro sexo: es el caso de los llamados «sustantivos comunes en cuanto al género» (
 a) y de los llamados «sustantivos epicenos» (
 b). Si el referente del sustantivo es inanimado, lo normal es que sea solo masculino (cuadro, césped, día) o solo femenino (mesa, pared, libido), aunque existe un grupo de sustantivos que poseen ambos géneros, los denominados tradicionalmente «sustantivos ambiguos en cuanto al género» ( c).

a) Sustantivos comunes en cuanto al género. Son los que, designando seres animados, tienen una sola forma, la misma para los dos géneros gramaticales. En cada enunciado concreto, el género del sustantivo, que se corresponde con el sexo del referente, lo señalan los determinantes y adjetivos con variación genérica: el/la pianista; ese/esa psiquiatra; un buen/una buena profesional. Los sustantivos comunes se comportan, en este sentido, de forma análoga a los adjetivos de una sola terminación, como feliz, dócil, confortable, etc., que se aplican, sin cambiar de forma, a sustantivos tanto masculinos como femeninos: un padre/una madre feliz, un perro/una perra dócil, un sillón/una silla confortable.

b) Sustantivos epicenos. Son los que, designando seres animados, tienen una forma única, a la que corresponde un solo género gramatical, para referirse, indistintamente, a individuos de uno u otro sexo. En este caso, el género gramatical es independiente del sexo del referente. Hay epicenos masculinos (personaje, vástago, tiburón, lince) y epicenos femeninos (persona, víctima, hormiga, perdiz). La concordancia debe establecerse siempre en función del género gramatical del sustantivo epiceno, y no en función del sexo del referente; así, debe decirse La víctima, un hombre joven, fue trasladada al hospital más cercano, y no La víctima, un hombre joven, fue trasladado al hospital más cercano. En el caso de los epicenos de animal, se añade la especificación macho o hembra cuando se desea hacer explícito el sexo del referente: «La orca macho permanece cerca de la rompiente [...], zarandeada por las aguas de color verdoso» (Bojorge Aventura [Arg. 1992]).

c) Sustantivos ambiguos en cuanto al género. Son los que, designando normalmente seres inanimados, admiten su uso en uno u otro género, sin que ello implique cambios de significado: el/la armazón, el/la dracma, el/la mar, el/la vodka. Normalmente la elección de uno u otro género va asociada a diferencias de registro o de nivel de lengua, o tiene que ver con preferencias dialectales, sectoriales o personales. No deben confundirse los sustantivos ambiguos en cuanto al género con los casos en que el empleo de una misma palabra en masculino o en femenino implica cambios de significado: el cólera ('enfermedad') o la cólera ('ira'); el editorial ('artículo de fondo no firmado') o la editorial ('casa editora'). De entre los sustantivos ambiguos, tan solo ánade y cobaya designan seres animados.

2. Uso del masculino en referencia a seres de ambos sexos

2.1. En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía. Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la expresión los
alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas. A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: «Decidió luchar ella, y ayudar a sus compañeros y compañeras» (Excélsior [Méx.] 5.9.96). Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado pudo —y debió— decirse, simplemente, ayudar a sus compañeros. Solo cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las actividades deportivas deberán participar por igual alumnos y alumnas. Por otra parte, el afán por evitar esa supuesta discriminación lingüística, unido al deseo de mitigar la pesadez en la expresión provocada por tales repeticiones, ha suscitado la creación de soluciones artificiosas que contravienen las normas de la gramática: las y los ciudadanos.

2.2. Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y ciudadanas, etc.;  2.1), ha comenzado a usarse en carteles y circulares el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o:
l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción del solo es válida para el masculino niño.

3. formación del femenino en profesiones, cargos, títulos o actividades humanas. Aunque en el modo de marcar el género femenino en los sustantivos que designan profesiones, cargos, títulos o actividades influyen tanto cuestiones puramente formales —la etimología, la terminación del masculino, etc.— como condicionamientos de tipo histórico y sociocultural, en especial el hecho de que se trate o no de profesiones o cargos desempeñados tradicionalmente por mujeres, se pueden establecer las siguientes normas, atendiendo únicamente a criterios morfológicos:

a) Aquellos cuya forma masculina acaba en -o forman normalmente el femenino sustituyendo esta vocal por una -a:
bombero/bombera, médico/médica, ministro/ministra, ginecólogo/ginecóloga. Hay excepciones, como piloto, modelo o testigo, que funcionan como comunes: el/la piloto, el/la modelo, el/la testigo (no debe considerarse una excepción el sustantivo reo, cuyo femenino etimológico y aún vigente en el uso es rea, aunque funcione asimismo como común: la reo). También funcionan normalmente como comunes los que proceden de acortamientos: el/la fisio, el/la otorrino. En algún caso, el femenino presenta la terminación culta -isa (del lat. -issa), por provenir directamente del femenino latino formado con este sufijo: diácono/diaconisa; y excepcionalmente hay voces que tienen dos femeninos, uno en -a y otro con la terminación -esa (variante castellana de -isa): diablo, fem. diabla o diablesa; vampiro, fem. vampira o vampiresa.

b) Los que acaban en -a funcionan en su inmensa mayoría como comunes: el/la atleta, el/la cineasta, el/la guía, el/la logopeda, el/la terapeuta,
el/la pediatra. En algunos casos, por razones etimológicas, el femenino presenta la terminación culta -isa: profetisa, papisa. En el caso de poeta, existen ambas posibilidades: la poeta/poetisa. También tiene dos femeninos la voz guarda, aunque con matices significativos diversos ( 
guarda): la guarda/guardesa. Son asimismo comunes en cuanto al género los sustantivos formados con el sufijo -ista:
el/la ascensorista, el/la electricista, el/la taxista. Es excepcional el caso de modista, que a partir del masculino normal el modista ha generado el masculino regresivo modisto.

c) Los que acaban en -e tienden a funcionar como comunes, en consonancia con los adjetivos con esta misma terminación, que suelen tener una única forma (afable,
alegre,
pobre, inmune, etc.): el/la amanuense, el/la cicerone, el/la conserje, el/la orfebre, el/la pinche. Algunos tienen formas femeninas específicas a través de los sufijos -esa, -isa o -ina:
alcalde/alcaldesa, conde/condesa, duque/duquesa, héroe/heroína, sacerdote/sacerdotisa (aunque sacerdote también se usa como común: la sacerdote). En unos pocos casos se han generado femeninos en -a, como en jefe/jefa, sastre/sastra, cacique/cacica.

Dentro de este grupo están también los sustantivos terminados en -ante o -ente, procedentes en gran parte de participios de presente latinos, y que funcionan en su gran mayoría como comunes, en consonancia con la forma única de los adjetivos con estas mismas terminaciones (complaciente, inteligente, pedante, etc.): el/la agente,
el/la conferenciante, el/la dibujante, el/la estudiante. No obstante, en algunos casos se han generalizado en el uso femeninos en -a, como clienta, dependienta o presidenta. A veces se usan ambas formas, con matices significativos diversos: la gobernante ('mujer que dirige un país') o la gobernanta (en una casa, un hotel o una institución, 'mujer que tiene a su cargo el personal de servicio').

d) Los pocos que terminan en -i o en -u funcionan también como comunes: el/la maniquí, el/la saltimbanqui, el/la gurú.

e) En cuanto a los terminados en -y, el femenino de rey es reina, mientras que los que toman modernamente esta terminación funcionan como comunes: el/la yóquey.

f) Los que acaban en -or forman el femenino añadiendo una -a: compositor/compositora, escritor/escritora, profesor/profesora, gobernador/gobernadora. En algunos casos, el femenino presenta la terminación culta -triz (del lat. -trix, -tricis), por provenir directamente de femeninos latinos formados con este sufijo: actor/actriz, emperador/emperatriz.

g) Los que acaban en -ar o -er, así como los pocos que acaban en -ir o -ur, funcionan hoy normalmente como comunes, aunque en algunos casos existen también femeninos en -esa o en -a:
el/la auxiliar, el/la militar,
el/la escolar (pero el juglar/la juglaresa), el/la líder (raro lideresa), el/la chofer o el/la chófer (raro choferesa), el/la ujier,
el/la sumiller, el/la bachiller (raro hoy bachillera), el/la mercader (raro hoy mercadera), el/la faquir,
el/la augur.

h) Los agudos acabados en -n y en -s forman normalmente el femenino añadiendo una -a:
guardián/guardiana, bailarín/bailarina, anfitrión/anfitriona,
guardés/guardesa, marqués/marquesa, dios/ diosa. Se exceptúan barón e histrión, cuyos femeninos se forman a través de los sufijos -esa e -isa, respectivamente: baronesa, histrionisa. También se apartan de esta regla la palabra rehén, que funciona como epiceno masculino (el rehén) o como común (el/la rehén), y la voz edecán, que es común en cuanto al género (el/la edecán;
 
edecán). Por su parte, las palabras llanas con esta terminación funcionan como comunes: el/la barman.

i) Los que acaban en -l o -z tienden a funcionar como comunes: el/la cónsul,
el/la corresponsal, el/la timonel, el/la capataz, el/la juez, el/la portavoz, en consonancia con los adjetivos terminados en estas mismas consonantes, que tienen, salvo poquísimas excepciones, una única forma, válida tanto para el masculino como para el femenino: dócil,
brutal, soez, feliz (no existen las formas femeninas *dócila, *brutala, *soeza, *feliza). No obstante, algunos de estos sustantivos han desarrollado con cierto éxito un femenino en -a, como es el caso de juez/jueza, aprendiz/aprendiza,
concejal/concejala o bedel/bedela.

j) Los terminados en consonantes distintas de las señaladas en los párrafos anteriores funcionan como comunes: el/la chef, el/la médium, el/la pívot. Se exceptúa la voz abad, cuyo femenino es abadesa. Es especial el caso de huésped, pues aunque hoy se prefiere su uso como común (el/la huésped), su femenino tradicional es huéspeda.

k) Independientemente de su terminación, funcionan como comunes los nombres que designan grados de la escala militar: el/la cabo, el/la brigada, el/la teniente, el/la brigadier, el/la capitán, el/la coronel, el/la alférez; los sustantivos que designan por el instrumento al músico que lo toca: el/la batería, el/la corneta, el/la contrabajo; y los sustantivos compuestos que designan persona: el/la mandamás, el/la sobrecargo, un/una cazatalentos, un/una sabelotodo, un/una correveidile.

l) Cuando el nombre de una profesión o cargo está formado por un sustantivo y un adjetivo, ambos elementos deben ir en masculino o femenino dependiendo del sexo del referente; por tanto, debe decirse la primera ministra, una intérprete jurada, una detective privada, etc., y no la primera ministro, una intérprete jurado, una detective privado, etc.: «Me llamo Patricia Delamo y soy detective privada» (Beccaria Luna [Esp. 2001]).

4. género de los nombres de países y ciudades. En la asignación de género a los nombres propios de países y ciudades influye sobre todo la terminación, aunque son muy frecuentes las vacilaciones. En general puede decirse que los nombres de países que terminan en -a átona concuerdan en femenino con los determinantes y adjetivos que los acompañan: «Serán los protagonistas de la Colombia del próximo siglo» (Tiempo [Col.] 2.1.90); «Hizo que la vieja España pensara sobre sus colonias» (Salvador Ecuador [Ec. 1994]); mientras que los que terminan en -a tónica o en otra vocal, así como los terminados en consonante, suelen concordar en masculino: «Para que [...] construyan juntos el Panamá del futuro» (Siglo [Pan.] 15.5.97); «El México de hoy ya no es el México de hace tres años» (Proceso [Méx.] 19.1.97); «La participación de Rusia en el Iraq que resultará de la guerra dependerá de si adopta una "postura constructiva" en la ONU» (Razón [Esp.] 9.4.03). En lo que respecta a las ciudades, las que terminan en -a suelen concordar en femenino: «Hallado un tercer foro imperial en la Córdoba romana» (Vanguardia [Esp.] 10.3.94); mientras que las que terminan en otra vocal o en consonante suelen concordar en masculino, aunque en todos los casos casi siempre es posible la concordancia en femenino, por influjo del género del sustantivo ciudad:
«Puso como ejemplo de convivencia cultural y religiosa el Toledo medieval» (Vanguardia [Esp.] 16.10.95); «Ya vuela [...] sobre la Toledo misteriosa» (Reyes Letras [Méx. 1946]); «El Buenos Aires caótico de frenéticos muñecos con cuerda» (Sábato Héroes [Arg. 1961]); «Misteriosa Buenos Aires» (Mujica Buenos Aires [Arg. 1985] tít.). Con el cuantificador todo antepuesto, la alternancia de género se da con todos los nombres de ciudades, independientemente de su terminación: «¿Lo sabías tú? Bueno, Javier, lo sabe todo Barcelona» (Mendoza Verdad [Esp. 1975]); «Por toda Barcelona corre un rumor de llanto y de promesa» (Semprún Autobiografía [Esp. 1977]). La expresión masculina «el todo + nombre de ciudad» se ha lexicalizado en países como México y España con el sentido de 'élite social de una ciudad': «Su pequeño bar es el lugar donde se reúne "el todo Barcelona"» (Domingo Sabor [Esp. 1992]).

5. Sobre el género de abreviaturas, acortamientos, siglas y acrónimos,
abreviatura, 4; acortamiento, 2; sigla, 4; acrónimo, 4.

El doble género gramatical de las palabras

Intensamente actual el tema del género y el sexismo en la lengua. Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua, disertará sobre estos aspectos lingüísticos y abrirá el debate en la Casa de las Academias el próximo martes 23 de marzo a las 5:00 de la tarde en el marco de la Tertulia Lingüística de la Academia. Cuento con su asistencia y participación.

martes, 9 de marzo de 2010

La fragua del sentido: un ejercicio de generosidad intelectual


 

La lectura de La fragua del sentido, la obra de Bruno Rosario Candelier que nos convoca hoy aquí, supone embarcarse en un viaje; un viaje bajo el signo del lenguaje en el que seguimos la estela de las letras. Lamento no poder atribuirme el mérito de la autoría de estas hermosas palabras. No he hecho más que reproducir los títulos de las dos primeras partes de la obra: "Bajo el signo del lenguaje" y "La estela de las palabras".

Se resumen en ellos los dos grandes amores de nuestro director y maestro: la lengua y la literatura, la materia prima del lenguaje y la creación literaria. En el capítulo dedicado a "La lengua en el desarrollo de la personalidad" nos confiesa el autor su convicción de que cada ser humano tiene una misión en la vida y está llamado a realizar una encomienda […]. Esa misión le da sentido y trascendencia a la vida misma". El recorrido detenido de estas páginas va perfilando esta encomienda trascendente que fragua el sentido de la vida del autor.

Su conocimiento profundo de la lengua española como instrumento de comunicación y de creación le permite acercarse a los textos literarios con las armas necesarias para poder desentrañarlos. Su dominio de la variedad lingüística dominicana y de la historia de nuestra literatura y de sus creadores nos aporta una panorámica de primera mano de la actividad literaria de la República Dominicana, de los creadores de otras épocas y de las páginas y los versos que se están fraguando día a día.

Encontrar un crítico literario perspicaz y sensible no es una labor fácil. Encontrar un crítico literario con un conocimiento amplio y profundo de la materia prima a la que dedica su trabajo es una labor ardua. Mucho más delicado es encontrar un crítico que sepa transmitir ese conocimiento a sus lectores y a sus alumnos e inocularles el virus de la pasión por la literatura. Bruno Rosario conjuga todas estas virtudes y hace nuestros sus logros a lo largo de estas páginas. Tiene el don de saber movilizar tanto a los lectores como a los creadores e investigadores, como un verdadero acicate de conciencias. Hace gala, además, rara avis en los tiempos que corren, de una generosidad intelectual incomparable.

Entre estas páginas nos encontramos con los análisis de las aportaciones de insignes lingüistas, como Don Rafael González Tirado y Don Manuel Matos Moquete, o con los estudios de las obras literarias de Federico Henríquez Gratereaux, Víctor Villegas o Marcio Veloz Maggiolo. Se ejerce en ellas con maestría el difícil arte de hacer crítica literaria desde la cercanía. Una vez más se nos muestra en toda su dimensión el talante generoso y la vocación docente y comunicadora de un maestro.

Me tiran más, como diríamos en mi tierra, a la que también se le dedican preciosas palabras en este libro, los temas dedicados a la lengua. Me inclino por la lectura de las orientaciones sobre el estudio de la norma o sobre la labor lexicográfica, que se encuentra entre las de mayor trascendencia de las que se le encomiendan a la Academia, como institución cultural y de investigación.

Jugosas son las páginas que Bruno le dedica a su estancia de trabajo en España en la sede de la Real Academia Española y a sus aportaciones a la realización de la nueva edición del Diccionario de la Lengua Española y del esperado Diccionario Académico de Americanismos. Jugosos también los comentarios acerca de la tarea realizada por esta corporación académica, bajo la dirección de Bruno, en la segunda edición del Diccionario Didáctico Avanzado, elaborado por la editorial SM y esta casa. Dice Bruno Rosario en su prólogo a la obra didáctica académica: El diccionario proporciona el sentido de las palabras y abre a un mundo de sorpresas y revelaciones mediante la ilustración pertinente. En este diccionario el estudiante dominicano va a encontrar no sólo el significado de los vocablos sino el matiz peculiar del habla criolla, la voz familiar, la jerga nativa o la voz vinculada a nuestra idiosincrasia y a nuestra historia. Es decir, aquí se enseñorean los dominicanismos con la misma naturalidad con la que hablamos del mangú o del viejevo, del pariguayo o la ciguapa". La perspicacia y la afinación a la hora de valorar y definir los dominicanismos, de la que he sido testigo en las largas sesiones de trabajo para estos diccionarios, rindió sus frutos académicos y lexicográficos. La presencia del léxico dominicano en las obras académicas y en diccionarios didácticos locales con altura y con corrección filológica le debe mucho a la labor de Rosario Candelier.

No me resisto a mencionar su aportación a la Nueva gramática de la lengua española, que hace días presentamos en esta casa. Largas jornadas de revisiones y aportes que han fructificado en una obra magna realizada en colaboración por la Asociación de Academias de la Lengua Española, de la que forma parte nuestra Academia Dominicana. (43.2h). Las obras de nuestros autores dominicanos ejemplifican el uso correcto del español culto. La importancia de esta presencia en las obras académicas de consulta debe ser valorada en su justa medida. Se agradece ver entre sus páginas una cita como la de El sueño era Cipango: "¡Que el Señor bendiga vuestra futura unión!". Forma parte de ese maravilloso 70% de textos americanos que explican fenómenos morfológicos y sintácticos comunes a todos los hispanohablantes. Un aporte inigualable para elevar la maltrecha imagen que vemos día a día de nuestra lengua y la baja autoestima que observamos entre nuestros hablantes, por desconocimiento unas veces, por falta de formación otras. Contra estos dos males nefastos, el desconocimiento y la falta de formación, lucha desde estas páginas y desde todas sus páginas, y también desde esta tribuna, Bruno Rosario.

Su concepción de la lengua como un patrimonio común de los hablantes lo motiva a defenderla y a enriquecerla con el buen decir de los que él llama, con regusto renacentista, los hablantes ejemplares, los que se encuentran en esa difícil encrucijada entre el purismo y la chapucería. Para Bruno Rosario "el mal uso erosiona la esencia del idioma" y no duda en señalarnos los usos incorrectos. Con afán normativo, desde luego, pero como un aliciente para mejorar. Para Don Bruno "algunos yerros nos entierran y, a veces, otros nos alientan a renovarnos y a crecer". Una meta, la del crecimiento, a la que debemos aspirar todos los hablantes conscientes de la trascendencia de una expresión correcta y acertada.

Se reconoce y se valora a lo largo de su obra crítica la labor de comunicadores, de profesores y de investigadores de nuestra lengua por su aporte imprescindible a la formación lingüística de los hablantes dominicanos. Se ensalza la obra de los intelectuales y de los creadores literarios, por su contribución a que nuestra lengua y nuestra cultura tengan el peso y la presencia que nos merecemos todos, hablantes y especialistas. Su tarea en la Academia se ha visto premiada por la habitual presencia entre nosotros de los más destacados hablantes y escribientes de la República Dominicana y de otros territorios del español. Su presencia en los foros culturales, académicos e intelectuales internacionales nos llena de orgullo al sentirnos bien representados.

De seguro que ya está cargado de ideas que pondrá inmediatamente a materializarse, porque si hay una palabra que no existe en el amplio léxico de Bruno, no por desconocida, sino por innecesaria, es el verbo posponer. Su energía intelectual inagotable nos pone a todos a trabajar y a él el primero, lo que agradecemos sobre manera. Porque como él mismo nos asegura en estas páginas: "El que sabe lo que dice, casi siempre sabe cómo lo dice". Y Bruno sabe lo que dice y sabe cómo lo dice.