La celebración del bicentenario de la independencia de México nos ha traído la presencia habitual de nuestro país hermano. La actualidad deportiva nos ha acercado al equipo de beisbol del sureño estado de Texas. México y Texas comparten, además de frontera física, una pequeña letra. La x en estos topónimos refleja un antiguo estado de la lengua. Es un arcaísmo que se mantiene en los nombres de lugares que, como escribí en alguna ocasión, son fósiles del idioma.
Los mejicanos han querido para su país el nombre de México. Por respeto a esta decisión, se ha generalizado su uso. Pero no debemos olvidar que este topónimo, y todas las palabras que derivan de él, pueden escribirse correctamente con x o con j. Así tendremos mejicanos, mejicanismos y mejicanistas, y sus correspondientes con x. Sólo hay que prestar atención a un pequeño detalle: se escriba con x o con j siempre se pronuncia con j. Esto se explica porque la letra x se usaba en el siglo XV para representar este sonido.
El mismo caso encontramos en Tejas y sus correspondientes derivados. Se trata de un topónimo de origen español de la misma época en que la x todavía representaba el sonido j. En este caso, Texas es el nombre en inglés y lo correcto en español es escribirlo y pronunciarlo Tejas, así como su adjetivo derivado tejano.
Recuerdo como, hace ya dieciocho años, el pabellón que representó a México en la Exposición universal de Sevilla era una inmensa letra X en la que cabía toda la cultura y la tradición mejicanas. Una imagen hermosa que podemos extrapolar a nuestra lengua.
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