La
generalización de las nuevas tecnologías no debe despistarnos. Las destrezas
tradicionales, como el buen manejo de la lengua, son cada día más valoradas en
el mundo laboral. Un exitoso empresario británico de comercio electrónico,
Charles Duncombe, asegura que un portal electrónico con faltas de ortografía
puede reducir las ventas y minar peligrosamente la confianza del cliente.
Aconseja a los empresarios que se responsabilicen del contenido y la expresión
de lo publicado en sus páginas electrónicas para asegurarse de que sus negocios
están bien representados, en la red y fuera de ella.
Por experiencia
personal sé lo difícil que resulta encontrar quien sepa escribir correctamente
y muchos empresarios dominicanos han compartido conmigo esta preocupación. No
hay más que darse una vuelta por las principales páginas electrónicas del
ámbito dominicano. Salvo honrosas excepciones, no pasarían la prueba de un
corrector de estilo básico.
El desafío está
en que la mayoría de los contenidos que transmitimos por internet tienen la
palabra escrita como medio. Las nuevas tecnologías, lejos de orillarla, le han
conferido a la escritura un papel protagonista. Cada vez se valora más un
manejo correcto y apropiado de la herramienta milenaria del lenguaje. El mundo
empresarial de hoy necesita de profesionales que manejen con solvencia la
técnica y el arte de la escritura. Los que han pasado, o están pasando, por las
aulas universitarias saben que los contenidos y la extensión de la formación en
lengua española dejan mucho que desear, incluso para profesionales que tienen
la lengua como herramienta esencial de trabajo (abogados, docentes, médicos,
mercadólogos, especialistas en atención al cliente o en recursos humanos,
etc.).
La lengua
española ha dejado de ser solo un conocimiento humanístico para transformarse
en un valor económico y laboral en alza. ¿Estamos preparados para añadir este
valor a nuestro currículo?
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