Hace unos días entregué las
últimas páginas del Diccionario del
español dominicano para su publicación. Cuando nos embarcamos en el gran
proyecto de su diseño y construcción nos parecía que nunca podríamos llegar a
este momento. Y, cuando digo nos embarcamos,
no estoy utilizando lo que se conoce como plural de modestia: este diccionario
va a ver la luz gracias al esfuerzo mancomunado de la Academia Dominicana de la
Lengua y de la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua.
Para hacer realidad los
grandes proyectos son imprescindibles los conocimientos pero también la inmensa
generosidad de compartirlos para lograr una obra común. Bruno Rosario
Candelier, Director de la Academia Dominicana de la Lengua, derrocha
conocimientos y generosidad intelectual para compartirlos.
Para hacer realidad los
grandes proyectos es imprescindible el entusiasmo y nosotros lo hemos mantenido
incluso en los momentos más difíciles. Fabio Guzmán, presidente de la
Fundación, y académico correspondiente, lo transmite con su pasión por la
lengua y por el trabajo bien hecho.
Para hacer realidad los
grandes proyectos son imprescindibles la tenacidad y el rigor. Roberto Guzmán,
académico correspondiente, que los ejerce como nadie, los ha puesto al servicio
de este diccionario.
Para hacer realidad los
grandes proyectos es imprescindible que muchos pongan su mejor granito de
arena. Muchos han sido los que han trabajado duro en esta obra lexicográfica,
cada uno en su área (Loli Jiménez, Mickey Frith, Teresa Melián, Ruth Ruiz,
Domingo Caba, Yolanda Garisoain). Todos pueden sentirse orgullosos de su
trabajo.
Ahora que lo pienso bien no
me cabe la menor duda de que el Diccionario
del español dominicano, ya no un proyecto sino una realidad, ha llegado a
buen puerto. Misión cumplida.
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