No
me canso de recomendarles que tengan a mano un buen diccionario. A mí se me
hace imprescindible y aspiro a que muchos de ustedes compartan esta necesidad.
El diccionario nos ayuda con el significado de las palabras, nos asiste, y
mucho, con la ortografía y también, sí, también, con la gramática.
Los
diccionarios tradicionales incluyen la gramática de varias formas. Además de
indicar la categoría gramatical de cada palabra, es decir, a qué clase de
palabras pertenece, suelen proporcionar un apéndice gramatical. En ellos suelen
aparecer modelos de conjugación verbal. Cuando un verbo es irregular se nos
dice conforme a qué modelo se conjuga para que podamos conocer su forma
correcta.
Estos
modelos de conjugación tradicional han cambiado mucho con los nuevos formatos
digitales de los diccionarios. Ahora su uso es fácil y está al alcance de
muchos hablantes. Mi hija, que se resiste a la conjugación irregular de verbos
como satisfacer desde que le apareció
en un examen, es una candidata segura a utilizarlo con frecuencia. Le expliqué
que satisfacer se conjuga como hacer. En condicional, por tanto, será satisfaría como el condicional de hacer es haría. En presente de subjuntivo serán satisfaga y haga,
respectivamente.
Mucho
más práctico le resultó entrar en la versión en línea del Diccionario de la lengua (http://lema.rae.es/drae) de la Real
Academia, buscar el verbo satisfacer,
pulsar en el pequeño óvalo azul a la izquierda del verbo con el rótulo conjugar, y, por arte de las nuevas
tecnologías, encontró la conjugación completa en su pantalla.
¿Seguimos
pensando que las nuevas tecnologías no harán que satisfagamos nuestros deseos
de aprender?