Allá por 1927 un grupo de intelectuales dominicanos fundó la Academia Dominicana de la Lengua. Fueron un eslabón importante de un movimiento que defendía en toda la América de habla española el estudio, el conocimiento y la defensa de la lengua española común, a la que consideraban un patrimonio histórico y cultural irrenunciable. La Academia eligió como lema uno hermoso y muy significativo: "La lengua es la patria". Un día como el de hoy, 27 de Febrero, fecha patriótica por excelencia, no está de más recordar el papel insustituible de la lengua materna en la configuración de la identidad nacional. En nuestros tiempos, en los que tan a menudo nos quedamos en la superficie de las cosas y en los que la defensa de los símbolos significa con frecuencia olvidarnos de la defensa de lo que ellos representan, debemos aprender a luchar por lo que es realmente importante. La lengua española es parte fundamental de la identidad dominicana y es el instrumento esencial para expresarla, compartirla y desarrollarla. Nuestro respeto por ella se traduce en respeto por nosotros mismos, por lo que hemos sido, por lo que somos y, más importante si cabe, por lo que nosotros y nuestros hijos seremos capaces de ser. Honrar nuestra lengua es usarla lo más correctamente posible. No son necesarias las genuflexiones, solo la preparación y la lectura, formas hermosas y efectivas de luchar por lo que otros antes que nosotros han creado, han defendido y nos han legado como herencia y responsabilidad para que también lo leguemos a los que nos seguirán.
Este espacio está dedicado a promover las actividades de la Tertulia Lingüística de la Academia Dominicana de la lengua. Nuestro nombre está inspirado en la obra El ánfora del lenguaje de Bruno Rosario Candelier, ideador y promotor de esta tertulia. En su introducción podemos leer: "Todo lo que entraña la palabra, en atención al hermoso don del lenguaje, la reflexión y la creatividad, justifica conocerla y estudiarla en todas sus vertientes expresivas".
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