El uso correcto de una palabra no se limita al conocimiento de su ortografía o al dominio de su significado. Las palabras funcionan como piezas encadenadas que se adaptan entre sí mediante la concordancia. Para poder establecerla correctamente debemos conocer el género de cada sustantivo. Es posible que dudemos y para eso están a nuestra disposición las indicaciones gramaticales del diccionario. Son sencillas y fáciles de consultar. Por eso me sorprende encontrar con frecuencia usos incorrectos del género de algunas palabras. Hace unos días me topé en las páginas de un diario con el término alerta usado en masculino. Este error podría haberse evitado con la consulta de la entrada que le dedica el DRAE: "alerta. f. Situación de vigilancia o atención". La abreviatura que abre el artículo tiene como objetivo señalar qué género tiene el sustantivo definido. Hablaremos así de la alerta amarilla, con concordancia en género femenino entre todos los elementos: determinante (la), sustantivo (alerta) y adjetivo (amarilla). Hay casos que pueden presentar más dificultad. El mismo día leí cómo alguien destacó "los dotes de un homenajeado". El sustantivo dote puede usarse con ambos géneros, aunque sea más frecuente el femenino, cuando se refiere al 'conjunto de bienes aportados por la mujer al matrimonio'. Sin embargo, si, como en el ejemplo, lo elegimos para referirnos a una 'cualidad apreciable' debemos usarlo en femenino. El diccionario puede ser una herramienta insustituible para que podamos hacer gala de nuestras dotes como hablantes de español.
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