A falta de otra
excusa, me consuelo pensando que aprovecho los habituales tapones capitaleños
para algo más que para desesperarme. Entre los participantes en un popular
programa vespertino de radio surgió la duda de cuál era el plural de maní. ¿Maníes, manís o manises? Hubo
opiniones para todos los gustos. Vaya para ellos mi felicitación porque, medio
en broma, medio en serio, la duda gramatical y la corrección a la hora de
resolverla se consideró importante. Me habría gustado poderles hacer llegar la
regla gramatical en ese momento pero, ya saben, el guía está reñido con los
aparatos electrónicos, o así debería ser.
En español el
plural se forma añadiendo –s o –es y existen algunos casos en los que
la palabra puede permanecer invariable, aunque son poco frecuentes. Hasta aquí
parece fácil. Un caso particular es el de los sustantivos y adjetivos
terminados en –i o en –u tónicas, como maní, pero también como ají,
bisturí, tabú o carmesí. Estas
palabras admiten dos formas para el plural, ambas consideradas correctas,
aunque en la lengua culta suele preferirse la primera: maníes/manís, ajíes/ajís, bisturíes/bisturís, tabúes/tabús,
carmesíes/carmesís. Resuelta una de las dudas de nuestros amigos de la
radio.
La tercera
posibilidad, la que forma el plural en –ses,
se considera vulgar, por lo que el “chocolate con manises” del que hablaban
debería corregirse. Nunca faltan los pequeños detalles: el plural de la
afirmación sí cuando la usamos como
sustantivo es síes; el de la nota
musical es sis.
Me encanta que
la gramática salga de las aulas y de las academias y esté en boca de todos,
nunca mejor dicho.
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