Los sinónimos resultan muy útiles y
nos ayudan a evitar repeticiones enojosas. Utilizados con propiedad no solo
demuestran que disponemos de un vocabulario amplio sino también que sabemos
aplicar la palabra adecuada a cada realidad. Pero los sinónimos tienen también
una dificultad de la que debemos ser conscientes. El parecido en el significado
no siempre se corresponde con un parecido en la forma en que deben utilizarse
en la frase.
Es
lo que sucede con este trío de uso muy frecuente: empezar, comenzar e iniciar.
Los tres verbos comparten el significado ‘dar principio a algo’. Son
intercambiables en frases como: empecé
mis labores / comencé mis labores / inicié mis labores. En estas frases los
usamos como transitivos, es decir, los construimos con un complemento directo
que expresa la cosa a la que hemos dado inicio (en el ejemplo anterior, mis labores).
Hasta
aquí las similitudes entre los tres. Más allá de este significado empiezan /
comienzan las diferencias (pero no *inician las diferencias). Solo empezar y comenzar son intransitivos no pronominales; es decir, solo estos
dos verbos pueden usarse para expresar que una cosa ‘tiene principio’: la obra empezó tarde / la obra comenzó tarde
(pero no *la obra inició tarde). Este
uso gramatical incorrecto del verbo iniciar se está propagando incluso en los textos más
cuidados y en la expresión de los hablantes de mayor nivel cultural. Para
expresar este mismo significado con el verbo iniciar debemos elegir la forma intransitiva pronominal: la obra se inició tarde.
A
veces los sinónimos lo son solo de forma parcial y no siempre son
intercambiables. Dicho en dominicano, tienen su cocorícamo. Conocer estos
detalles nos ayuda a conocer mejor nuestra lengua y a expresarnos en ella con
precisión. Créanme, merece la pena.
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