viernes, 23 de diciembre de 2011

Campanas de Navidad

    Hay épocas del año, como la Navidad, en que el poder evocador de las palabras crece proporcionalmente a nuestro estado de ánimo. La sensación hogareña y gozosa de estos días es atraída como por un imán por palabras que resuenan a familia, manjares tradicionales, nacimientos y música navideña desde la amanezca. He elegido solo tres voces que no son conocidas ni usadas en todos los países que hablan español, pero que en la República Dominicana suenan a Navidad. No todos los hablantes de español le llaman arbolito a ese árbol, natural o artificial, decorado con luces y adornos que relumbra a través de algunas de nuestras ventanas. En este caso el diminutivo no tiene nada que ver con el tamaño. Con él se ha creado una nueva palabra a partir de una ya existente. Nuestra telera, o pan de telera, es imprescindible en la mesa de Nochebuena pero, a pesar de ser una palabra patrimonial, no les evoca a todos los hispanohablantes nuestro pan blanco de forma alargada. Se sorprenderán si les digo que procede de la palabra latina telum 'espada'; una hermosa metáfora que nació en Andalucía y fue adoptada en algunas tierras americanas. Si hay una palabra que reaparece en la temporada navideña, y que solo he encontrado en la República Dominicana, esa es charamico. Originalmente denominaba ramas o leña menuda; transformada artesanalmente en estrellas, canastas y arbolitos, ha producido la nueva acepción, tan dominicana como la primera, de 'adornos navideños elaborados con esta leña'. Los charamicos en nuestras calles son los primeros en anunciar que la brisa navideña está ya con nosotros.

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