martes, 22 de octubre de 2013

En temporada de pelota también podemos mejorar nuestro español: rolin

Un rolin empuja un poco más la bola que un rolling. Este sustantivo se incluye en el Diccionario del español dominicano (DED) con la definición 'En el beisbol, batazo que desplaza poco la pelota y la hace rodar por el suelo'.
Una adaptación al español que requiere poco esfuerzo.  Ya que estamos ante un extranjerismo muy extendido podemos optar por la forma más adaptada gráficamente a nuestra lengua y que refleja nuestra ortografía y nuestra pronunciación del término inglés.
Si queremos usar el término en plural le añadimos una -s y, por supuesto, le colocamos la tilde sobre la o: rólins.
 
 

Falsos amigos


Nuestra lengua no es una entidad aislada. Ninguna lengua lo es. Las lenguas se relacionan unas con otras por su cercanía histórica, geográfica, cultural o económica.
              Estas interrelaciones producen con mucha frecuencia que una palabra del español adquiera un valor nuevo debido a una traducción incorrecta o poco cuidadosa de una palabra extranjera. Los llamamos falsos amigos. Son voces de lenguas distintas que se parecen mucho en su forma pero no así en sus significados.
              Los aficionados a las series norteamericanas sufrimos con paciencia el uso repetido de bizarro con el sentido de ‘raro, extravagante’, significado del francés o del inglés bizarre. En español una persona bizarra es una persona valiente o generosa. La bizarría del español se refiere a valentía o generosidad. Por más que estas cualidades puedan resultarnos “raras” o “extravagantes” en este mundo de hoy, el significado de la palabra en español no puede estar más alejado del significado de su falso amigo inglés o francés.
              Algo similar ocurre cuando, por referirnos a problemas graves de salud, decimos *severos problemas de salud. En español aplicamos el adjetivo severo a quien es ‘riguroso o duro en el trato o en el castigo’, o a quien es ´exacto y rígido en la observancia de una ley, precepto o regla’ (¿existen de estos todavía?). 
             Puntual en nuestra lengua se refiere a quien “llega a un lugar o parte de él a la hora convenida’ (y de estos, ¿quedan?). No es correcto, por tanto, usarlo para referirnos a algo que es concreto o esporádico.
              Teman a los falsos amigos, en la lengua y en la vida; parecen lo que no son.

 

lunes, 21 de octubre de 2013

Pelota / béisbol / beisbol


             Beisbol  y béisbol (ambas acentuaciones son válidas) son extranjerismos adaptados plenamente al español de forma espontánea procedentes del sustantivo inglés baseball.
              Generalmente los préstamos que calan en el uso de los hablantes empiezan a usarse en su forma original pero acaban experimentando cambios que facilitan su integración plena en nuestra lengua. El cambio fundamental es el que mantiene el enlace entre pronunciación y escritura propio de la lengua española. Por tanto, la palabra baseball  se modificó, según nuestras reglas ortográficas, para que su grafía española se adecuara a su pronunciación en inglés.
              En el Caribe y en Venezuela usamos además la palabra patrimonial pelota para referirnos a este deporte. Es una nueva acepción de una palabra ya existente en nuestra lengua. Así se recoge en el Diccionario de la lengua española (DRAE).

miércoles, 16 de octubre de 2013

Una arroba de palabras


¡Qué caprichosa es a veces la historia de las palabras! Nuestra imprescindible arroba, ciudadana del siglo XXI, nació hace ya unos cuantos siglos cuando ni siquiera la imprenta se había inventado. Echaban mano de ella los escribientes para abreviar ciertas preposiciones y conjunciones (ad, at), como usaban la ñ para abreviar la doble n latina, origen de nuestra querida letra eñe. Recuerden que la escritura era manuscrita y a pluma, de ave, no estilográfica. Todo lo que pudiera abreviarse era más que bienvenido. En español se usó además como símbolo para representar una unidad tradicional de medida de capacidad o de masa; hablamos así de una arroba de vino o de aceite o de un puerco de quince arrobas. 

La @ ha sobrevivido y, con más vitalidad que nunca, ha brincado desde los escritorios de los amanuenses y desde los almacenes de los campesinos, con su regusto añejo, a nuestros imprescindibles correos electrónicos; del códice a la pantalla del ordenador. Es un caso precioso de adaptación de lo patrimonial a las nuevas necesidades de los hablantes.

No tan preciosa y, desde luego, incorrecta es la costumbre reciente de recurrir a ella para unificar formas masculinas y femeninas. Nosotros nos metimos en el problema, al duplicar innecesariamente los géneros. La lengua ya tenía una solución gramatical: el uso del género masculino para expresar a todos los miembros de una clase, sin distinción de sexos. Una arroba de palabras en busca de eco entre los hablantes.    

martes, 8 de octubre de 2013

Duda saludable


Atender un servicio de consultas ortográficas y gramaticales es una inigualable cura de humildad. Muchas veces las dudas de los lectores provocan la duda de quien está destinado a solucionarlas. Y la duda en ortografía es siempre muy saludable. Para mantenernos en forma lingüística no hay nada mejor que una buena dosis de diccionario; para los que deseen una entrenadora personal, la Ortografía de la RAE.  

A esta entrenadora personal de elite acudí yo. ¿Se escriben las siglas con tilde o sin ella? La respuesta fue concisa y clara: las siglas escritas en mayúsculas no mantienen las tildes de las palabras a las que representan. La sigla IDH (Índice de desarrollo humano) no lleva tilde aunque la I sea la inicial de Índice, que sí la lleva por su condición de esdrújula.  

Hay siglas, además, que pueden leerse como se escriben; las conocemos como acrónimos y, algunas veces, gracias a su uso frecuente, pueden llegar a convertirse en palabras. Entre las locales tenemos a la AMET (Autoridad Metropolitana de Transporte) y a la OMSA (Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses). El uso habitual entre nosotros de estos términos, para referirnos a los agentes de tránsito o a los autobuses públicos, los ha transformado en sustantivos comunes que, como tales, se escriben con todas sus letras minúsculas y siguen las reglas de la tilde como cualquier otro sustantivo común. Acrónimos ingleses produjeron palabras españolas como láser o radar que se adaptan a la perfección a las reglas ortográficas de nuestra lengua.   

 Otra forma de ver la ortografía: como una excelente gimnasia mental. No se dejen cohibir por las dudas. Todos las tenemos y son el acicate perfecto para seguir aprendiendo.

 

 

domingo, 6 de octubre de 2013


Coloquio de la lengua Octubre 2013

 

 

ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA

CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Fundada el 12 de octubre de 1927

“La Lengua es la Patria”

Santo Domingo, República Dominicana

 

 COLOQUIO DE LA LENGUA


JUEVES 10  DE OCTUBRE DE 2013, 9:00 AM

 
BRUNO ROSARIO CANDELIER

Las coordenadas intelectuales en el libro La Feria de las ideas

de Federico Henríquez Gratereaux

 

IRENE PÉREZ GUERRA

La corrección gramatical en el libro Usted no lo diga

de Mariano Lebrón Saviñón

 

JOSÉ ENRIQUE GARCÍA

La valoración ortográfica en el libro Palabras para compartir

de Rafael González Tirado

 

ODALÍS PÉREZ NINA

Concepción lingüística en el libro Cultura de la lengua

de Manuel Matos Moquete

 

ANA MARGARITA HACHÉ

Sentido de dominicanidad en el libro Identidad lingüística de los dominicanos, de Orlando Alba

 

MANUEL NÚÑEZ ASENCIO

Enfoque lingüístico en el libro La fragua del sentido

de Bruno Rosario Candelier

 

C/ Mercedes 204, Ciudad Colonial, Santo Domingo, República Dominicana.


 

martes, 1 de octubre de 2013

Con o sin


Pocas cosas quedan sin explicación en la lengua. No hay nada como poder dar una razón clara cuando un hablante nos plantea una duda.
Las palabras de una sola sílaba no llevan tilde. La presencia o la ausencia de la tilde en español sirve para marcar cuál es la sílaba tónica de una palabra y su uso deja de tener sentido cuando la palabra es monosílaba.
Cuando utilizamos la tilde en las palabras de una sola sílaba la justificación es otra. En estos casos la llamamos tilde diacrítica porque nos sirve para diferenciar dos palabras distintas pero que coinciden en su forma, aunque una de ellas es tónica y la otra no. En esta situación se encuentran las parejas mí/mi y sí/si. 
Cuando mi es el adjetivo posesivo (mi nombre, mi apellido) o se trata del nombre de la nota musical no usamos la tilde; en cambio, cuando se trata del pronombre personal la tilde diacrítica es obligatoria: Para mí es imprescindible el diccionario. Cuando si es el nombre de la nota musical (si bemol sostenido) o la conjunción condicional (si tú me dices ven…) no lleva tilde; sin embargo, el pronombre reflexivo (confía en sí misma) debe escribirse con tilde diacrítica. No olvidemos que el pronombre ti no necesita distinguirse de otra palabra con la misma forma, porque no la hay, y que, por esta razón, no tenemos necesidad de colocarle la tilde.
Parece mentira que esa pequeña rayita inclinada nos ayude tanto a leer y a entender lo que leemos y, además, a distinguir unas palabras de otras, que nunca viene mal.