A veces las modas también se notan en el idioma. Los paréntesis parecen haber perdido vigencia en el uso escrito de los hablantes. Cada día los vemos menos en cualquier tipo de texto a pesar de que son muy prácticos para aportar claridad a nuestros escritos. Puede ser que las comas (ambos signos comparten algunas aplicaciones) les estén ganando la partida.
Su función principal es la introducción de una aclaración o de una información complementaria en un texto, especialmente si el inciso tiene una estructura independiente o aislada del texto principal. Si queremos aportar algún dato concreto adicional también podemos recurrir a los paréntesis. Les resultarán muy útiles si quieren introducir fechas, precisar siglas o aclarar el significado de alguna expresión en otro idioma: La publicación del nuevo DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) está prevista para el año en que se celebrará un nuevo centenario académico (2014).
Como signo ortográfico doble tiene su ortografía particular (se escriben pegados a la primera y última palabra de la frase que enmarcan y separados por un espacio de las palabras que los preceden o los siguen). Aunque el texto que se enmarca con los paréntesis mantiene su puntuación independiente en el interior, si lleva un punto al final, este siempre se coloca después del paréntesis de cierre
Nuestros escritos (¡especialmente los periodísticos o los jurídicos!) agradecerían mucho su ayuda. Gráficamente nos ayudan a presentar un texto claro y bien estructurado que facilita la compresión de lo que se quiere expresar. Aprovechemos que están ahí y saquémosles el mayor partido posible.