viernes, 3 de enero de 2014

Al mirar atrás


Cuando miro atrás y recuerdo las experiencias humanas y profesionales que me ha regalado el año 2013 parecería que este año extraordinario ha tenido más de doce meses. Empezó allá por enero, como cada año, con cañonazo, Reyes Magos que dejan ilusión y una Vieja Belén que se acuerda de aquellos de los que nadie se acordó.
A nosotros nos trajo la inquietud de saber que nuestro largo trabajo dedicado a la creación de un diccionario que mostrara cómo hablamos estaba llegando a su fin. Todavía nos quedaba tarea por delante pero, con el paso de los meses, la obra fue tomando forma día a día hasta convertirse en la realidad que pusimos en manos de los dominicanos a finales de noviembre. 
Un diccionario -se dice pronto- que registre lo que decimos y cómo lo decimos; en el que nos reconozcamos y aprendamos a mirarnos con más profundidad; para saber lo que hacemos mal y empezar a corregirlo; pero también para saber lo que hacemos bien, la riqueza que hemos conservado de un español centenario y la riqueza que hemos creado para seguir engrandeciéndolo.
Acostumbramos a poner el acento en lo que hacemos mal. Hoy, último día de este año grandioso, les propongo que pongamos el acento en lo que hacemos bien. El Diccionario del español dominicano es una de esas cosas. Estoy segura de que todos ustedes pueden buscar y encontrar tambien muchas cosas bien hechas entre los días y las noches de este 2013. Lo importante es que todas podemos emularlas o reintentarlas a partir de mañana. Les deseo la mejor de las suertes.

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