martes, 8 de febrero de 2011

Los nombres de nuestra lengua

    Solemos referirnos a nuestra lengua materna como el español; usamos también la voz castellano. Ambas denominaciones son correctas y podrían considerarse sinónimas y usarse indistintamente. El que se considera el primer diccionario de nuestra lengua, escrito por allá por 1611 por Sebastián de Covarrubias, se titulaba Tesoro de la lengua castellana o española. Español es el nombre preferido y generalizado cuando, en otros idiomas, se refieren al nuestro: en inglés Spanish, en alemán Spanisch, en francés espagnol o en italiano spagnolo, por citar solo unos cuantos.

    La palabra español ha levantado históricamente algunas suspicacias en Hispanoamérica y en la propia España: en Hispanoamérica por considerársela demasiado vinculada a la antigua metrópoli; en España por entender que las demás lenguas que se hablan en su territorio son también españolas. Estos recelos inclinan a algunos hablantes por el uso del término castellano. Sin embargo, el uso de castellano para nombrar a la lengua compartida por los hispanohablantes podría resultar impreciso. Castellano es también el dialecto románico que surgió en Castilla en la Edad Media y la variedad de nuestra lengua que se habla en la actualidad en esa región española. Como pasa casi siempre, los sinónimos resultan un poco ficticios. La elección de uno u otro puede estar preñada de significado. La llamemos como la llamemos, nuestra lengua nos demuestra día a día, y palabra a palabra, su riqueza de matices y de posibilidades expresivas. Empeñémonos en aprenderla, valorarla y utilizarla correctamente. El español, o el castellano, a su gusto, sabrá recompensárnoslo con creces.

No hay comentarios: