lunes, 31 de mayo de 2010

Con el acento en nuestras madres. Publicado en el suplemento especial de Diario Libre del 25.05.2010

        Un año más vuelve el mes de mayo y con él llega la celebración del día de la Madre. Como muchas otras fechas, muy explotadas por motivos comerciales, tiene en su origen una motivación noble. Nunca está de más recordar y recordarles cuánto las queremos, cuánto las necesitamos y cuánto les debemos.

    Para la mayoría de nosotros la figura materna evoca una infancia de cuentos y canciones, de buenos sabores y de buenos olores, de caricias y de alguna que otra reprimenda. De sus labios aprendemos las primeras palabras y su acento nos introduce en el universo de nuestra lengua. Hay estudios recientes que indican que los recién nacidos reproducen en sus llantos características sonoras del idioma que escucharon ya desde el vientre materno. Es por esa razón por la que llamamos materna a la lengua con la que empezamos a aprender y a conocer el mundo. La expresión lengua materna no se opone a la expresión lengua paterna, sino a lengua extranjera o a segunda lengua. Nuestra aspiración es que el papel que desempeñan los padres en la transmisión de los conocimientos lingüísticos en los primeros años de la vida sea cada vez mayor; esta implicación creciente en la crianza y en la educación de los hijos, habitualmente reservadas a la madre, logrará un protagonismo compartido para ambos progenitores.

    La palabra madre, como la mayoría de las de nuestra lengua, deriva del latín, lengua madre del español y de la familia de las lenguas romances, como el francés, el italiano, el rumano, el catalán, el gallego o el portugués. El tierno mama, que ya ha quedado relegado a zonas rurales, pasa a pronunciarse mamá gracias a la influencia que el francés ejerció en el español en el siglo XVIII. La dominicana mai es en su origen un portuguesismo. Distintos miembros de una misma familia.

    En el español americano mami o mamita dejan de designar a la madre cuando se usan para dirigirse a la novia o a la esposa en una expresión afectuosa; o cuando salen a pie de calle, junto con las mamacitas, mamazotas o mamichulas, para referirse a una mujer atractiva. Algún día tendremos que analizar detenidamente este deslizamiento del significado de un término que todos sentimos tan cercano.     

    Como si de una verdadera madre se tratara, de la palabra madre han surgido nuevos significados y también nuevas palabras. Está en el origen de las madrastras, de las madrinas y de las matronas, del madrinazgo y del matrimonio, de las comadres y del comadreo. A la universidad la conocemos como la alma máter, expresión latina que significa 'madre nutricia', que nos recuerda metafóricamente su función como madre proveedora de alimento para la inteligencia.

    

    Les debemos a nuestras madres, entre otras muchas cosas, el respeto por el valioso legado que nos transmitieron palabra a palabra. Empezamos a reconocer su dificultad y su grandeza cuando nos toca ser madres y heredamos la hermosa responsabilidad de enseñar a hablar a nuestros hijos.

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